Opinión
Ver día anteriorMiércoles 24 de febrero de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Isocronías

Reverberaciones

L

a poesía finalmente lo que emite es silencio, transmite la experiencia profunda del silencio del que nace el lenguaje.

Poesía: retazos de infinito o, cuando mejor nos va, infinito a retazos.

Nadie sabe lo que sabe hasta que se le aparece en forma de experiencia.

Niega la poesía que haya lenguaje, auténtico lenguaje, que no lenguaje sea en nacimiento.

Esa zona difusa en que el lenguaje siendo de uno no es de uno y siendo de los demás es sólo de uno.

Transmitir una experiencia implica de algún modo no siempre oscuro tocar, tangir, tañer al otro –y reconocerse, así sea nebulosamente, por la experiencia del otro tocado.

Poesía, me digo, es todo. Pero si todo es poesía ya nada lo es. ¿Entonces? Entonces para eso están los poetas, para con un poco de poesía decir que todo lo es.

Todo poema es una averiguación acerca de si lo que vivimos como poesía es real –o acerca de si en verdad en las palabras (las propias, las de cada cual) habita la poesía.

De pronto hay poemas de los que uno no sabe qué decir, pero sabe muy bien que ellos saben muy bien lo que de nosotros han dicho. (Para Laura Solórzano).

La emoción no es sino la superficie de lo que pasa adentro, muy adentro, de la poesía.

El poeta, intuyo, debe anularse para que su lenguaje exista, pero su lenguaje debe anularse para que la poesía en verdad exista.

La poesía, que no resuelve nada, acomoda todo.

En rigor, las ideas de los poetas no son, no pueden ser, sino sus propios poemas.

Oscuramente pienso que soy claro, y claramente pienso: soy oscuro.

¿Quién ase una cintura y piensa que ya para siempre la asió? Nadie. Quizá lo sienta, sí, pero no puede pensarlo. Tal es impensable. Dicha cintura, propongo, es la poesía.

Algunos dicen que la poesía nace del dolor, yo digo que si nace del dolor nace del dolor de no ser lenguaje original –y del anhelo de serlo, de, ciertamente, volverlo a ser.

No hay poesía que no exija, ni menos que no aliente.