o pensé que ya la había librado. Pero el invierno se estira y se acorta, y los múltiples frentes fríos son ambiente propicio para el desarrollo de enfermedades respiratorias. En las calles, en el trabajo, en la familia, para donde quiera uno ver, hay mucha gente enferma de algo semejante a influenza. Así es muy difícil escapar. Como se trata de una infección viral, voy a la farmacia a comprar el respectivo remedio, pero resulta que el Tamiflu (Oseltamivir) está agotado en muchas de ellas. No puede ser –me digo. ¿Habrá tanta gente enferma que se han acabado las existencias del antiviral en esos establecimientos? Parecería que estamos nuevamente ante una epidemia de grandes proporciones… Pero no es así, pues al menos para la Secretaría de Salud (Ssa), los casos de influenza son tan bajos este año que si los comparamos con la anterior temporada invernal (2014-2015) observamos una disminución de 42.2 por ciento.
Quizás esta contradicción es sólo aparente y lo que pasa es que no vemos más allá de nuestras húmedas narices. Pero para eso están los informes de vigilancia epidemiológica que realiza la Dirección General de Epidemiología de la Ssa. En el más reciente, el cual cubre de la semana 40 de 2015 hasta la sexta semana de 2016 (hasta el pasado 11 de febrero), se observa que, efectivamente, hay una reducción en el número de casos, pues hace un año, en el mismo periodo, se contabilizaron 2 mil 232 enfermos de influenza y hubo 70 defunciones por esta causa; mientras en la actual temporada invernal han habido apenas mil 290 casos y 53 defunciones.
Conviene examinar con un poco más de detalle este informe. En el periodo que cubre se indican los subtipos virales responsables de los casos que han sido contabilizados, estos son: AH3N2 (781 casos con 10 defunciones), AH1N1 (320 con 35 defunciones), B (141 con cuatro), y otros subtipos (48 casos con cuatro defunciones). Es importante señalar que estos datos corresponden a los casos en los que el subtipo viral está plenamente identificado mediante las correspondientes pruebas de laboratorio, lo cual indica que hay un subregistro, pues no en todos los casos de influenza realmente existentes se realizan estas pruebas, por lo que la magnitud real es muy difícil de estimar.
El dato de las defunciones es muy llamativo, pues si bien hay porcentualmente menos casos de influenza (la reducción de 42.2 por ciento ya mencionada), la letalidad no ha caído en la misma proporción (pues sólo se ha reducido en 24 por ciento). Al examinar los datos, la razón aparente es que en la actual temporada invernal se han incrementado las infecciones por el virus AH1N1. En efecto, vemos en el informe citado que el año pasado el número de casos por este subtipo fue cero (sí, cero) y en la actual temporada invernal es el virus que tiene la letalidad comparativamente más alta respecto de otros subtipos.
Como señalaba al principio, algunos vemos a nuestro alrededor muchos enfermos, pero en realidad, como se muestra en los datos oficiales, a escala nacional son hasta ahora menos que el año pasado. Esto se debe en parte a la distribución geográfica de la enfermedad. Son cinco entidades en las que se concentran más de la mitad de los casos: En primer lugar la Ciudad de México (14 por ciento), Jalisco (13.6), estado de México (10.2), Nuevo León (10) y Sinaloa (8.4). Se trata de las entidades con las concentraciones más altas de población en las que es mayor la probabilidad de transmisión de persona a persona. Aunque, curiosamente, la mortalidad no se distribuye exactamente de la misma manera, pues los primeros lugares en este indicador los ocupan Sinaloa (35.8 por ciento de fallecimientos), Sonora (13.2), estado de México (11.3), Jalisco (11.3) y Aguascalientes (5.7), lo que sugiere que existe una asimetría en la efectividad de los servicios de salud frente a esta patología en las diferentes entidades federativas del país.
Es muy importante estar atentos a lo que viene. La temporada invernal concluye hasta la semana 20 de 2016 y el número de casos confirmados en México muestra un claro incremento a partir de la semana uno del presente año (no sabemos aún si se mantendrán las cifras por debajo de las del año pasado). En América del Norte (Canadá, Estados Unidos y México) es muy claro el repunte del número de casos por el subtipo AH1N1, que, como hemos visto, es el que provoca mayor número de decesos, especialmente cuando se asocia con otros padecimientos. La vacunación y las medidas de prevención, como el lavado frecuente de manos son hoy más que nunca indispensables.