20 de febrero de 2016     Número 101

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Sociedades y parlamentarios
unidos contra el TPP

Del 27 al 29 de enero pasados organizaciones sociales de México, Canadá, Chile, Perú y Estados Unidos (EU), y parlamentarios de todas estas naciones excepto EU se dieron cita en diversos foros y reuniones en la Ciudad de México para debatir de manera crítica el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y sus posibles consecuencias en ámbitos como la salud, la agricultura, la propiedad intelectual, las legislaciones internas y la soberanía nacional.

Como resultado, generaron sendas Declaraciones, una de las organizaciones sociales y otra de los acuerdos con parlamentarios, y de ello destacó el que “Declaramos que la firma del TPP, el 4 de febrero en Auckland, Nueva Zelanda, será en contra de la voluntad de los pueblos”.

Conjuntamente, con los parlamentarios, las organizaciones definieron planes de acción, donde resaltan una campaña de difusión en cada uno de los países participantes, sobre la “amenaza a la democracia y a la soberanía” que implica el TPP y para promover el rechazo a su ratificación.

Asimismo, en este Encuentro Internacional en Oposición al TPP acordaron impulsar recursos jurídicos nacionales, y recursos de derechos internacionales, incluida la demanda a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para obtener su opinión sobre si el TPP es violatorio o no de normas de derechos humanos y, en su caso, solicitar medidas cautelares ante dichas violaciones. También se solicitará consulta ante organismos de las Naciones Unidas para su debida protección.


FOTOS: Enrique Pérez / Anec

Un compromiso más fue propiciar consultas ciudadanas y populares, y “[…] alentamos unir esfuerzos hemisféricos e internacionales para denunciar la amenaza del TPP y exigir su entierro definitivo”.

Las organizaciones y parlamentaros programaron realizar en Canadá en los meses venideros un nuevo y renovado “Diálogo de parlamentarios con movimientos sociales opositores y alternativos al TPP”. Y también programaron acciones de movilización, convocando “a todos los movimientos sociales, civiles y ciudadanos en general de los países involucrados a movilizarse para detener la aprobación del TPP”.

En la Declaración particular de los movimientos sociales, se señala que “las organizaciones sociales de los países involucrados en el TTP, levantamos la voz de alerta y protestamos ante la pretensión de que aceptemos una legislación supranacional, que ha sido construida a espaldas del pueblo y según los dictados de los grandes capitalistas”.

Dice que “Reconocemos el derecho de los Pueblos indígenas y campesinas sobre los recursos genéticos y el conocimiento tradicional, en tanto que el TPP es un atentado flagrante a los derechos de los Pueblos reconocidos por el Protocolo Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), pues pretende legalizar el despojo, el patentado, y la mercantilización de la biodiversidad y bioculturalidad, los conocimientos y saberes y los derechos consuetudinarios de los pueblos originarios, ya que obliga a los gobiernos a suscribir convenios de rapiña y lucro (como la Convención Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales de 1991, UPOV-91) en beneficio de las empresas trasnacionales y hace referencia a otros mecanismos de despojo como el Protocolo de Nagoya”.

También destaca que “El mecanismo de solución de disputas en tribunales privados internacionales, parte de la columna vertebral del TTP, es injusto ya que sólo las empresas extranjeras pueden demandar a los Estados y ni éstos, ni las comunidades afectadas por los efectos de sus inversiones pueden demandar a dichas empresas. Este mecanismo y las demandas millonarias que conlleva pretenden someter a la política para que sirva al lucro de los inversionistas extranjeros, en lugar de responder al interés público, erosiona los sistemas judiciales nacionales y soberanos y saquea los ingresos públicos”.

“Bajo el disfraz de reglas de propiedad intelectual y comerciales”, dice la Declaración, “se esconde el interés de ejercer control político social en el uso de internet, se obstaculizan los derechos digitales, lo que es abiertamente contrario a las libertades democráticas, al derecho humano a la información y a la socialización del conocimiento”.


FOTO: Enrique Pérez / Anec

Entre los parlamentarios participantes estuvieron los senadores Manuel Bartlett, Layda Sansores, Dolores Padierna y Alejandro Encinas, así como el diputado Juan Romero, por parte de México. De parte de Chile estuvo el parlamentario Giorgio Jackson, por Perú el parlamentario Yohny Lescano, y por Cnadá los parlamentarios Andrés Montecillos y Elizabeth May.

Entre las organizaciones nacionales estuvieron presentes la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País, la Nueva Central de Trabajadores (NCT); la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio (RMALC), la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC); la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Grupo de Estudios Ambientales (GEA); el Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria OP”; el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS); el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS); la Coordinadora Nacional Agua para Tod@s, Agua para la Vida; la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios, Educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUESIC), Vía Orgánica; Millones contra Monsanto; FIAN México, y el CEN del Sindicato Nacional de Trabajadores del Inca Rural (INCA).

De las organizaciones internacionales destaca, por Canadá, la Confederación de Sindicatos Nacionales (Quebec), el Sindicato Maestros, el Sindicato del Congreso Laboral Canadiense, CSN/RQUIC, Common Frontiers, la Red de Justicia en el Comercio, el Sindicato de Empleados Públicos y el Sindicato de Maestros Secundarios. De Estados Unidos estuvieron el Institute for Agriculture and Trade Policy (IATP), la AFL-CIO y la Unión de Electricistas. De Chile, la Plataforma Chile Mejor sin TPP, y de Perú la Red Latinoamericana de Deuda y Desarrollo.

TESTIMONIOS

¿Qué estrategias seguirán las sociedades para enfrentar el TPP?

Ricardo Arnold Common Frntiers, Canadá

Cuando se armó la lucha contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), representantes sociales de México, Estados Unidos y Canadá nos juntamos; fue en 1990-91 y hubo cierta madurez para observar nuestras diferencias país por país pero también para entender que podíamos trabajar conjuntamente con una estrategia transfronteriza. Fue una lucha que en ciertos momentos parecía que sería exitosa y que al final no lo fue. De cualquier manera allí se pusieron las bases de la intercomunicación con los países. Ahora con el TPP este proceso revive y no es muy difícil retomar las pistas de la gente que ha estado en la lucha durante los 25 años recientes. Después de aquel primer encuentro, y con la derrota que sufrimos con la firma del TLCAN, hablamos de nuevo las organizaciones de los tres países y coincidimos en que había que hablar con nuestros pares de todo el sur del Continente; hicimos una gira en 1995-96 e interactuamos con diversas organizaciones y redes. Se formó entonces la Alianza Social Continental en 1998-99, a la cual se sumaron gobiernos progresistas, como los de Argentina, Brasil, Bolivia y Venezuela, también Cuba. Con eso pudimos por primera vez hablar a nivel continental y establecer estrategias comunes frente al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), iniciativa nacida en 1994 en Miami. Hicimos presencia cada vez que había reuniones de presidentes y también de ministros; la gente llegaba de los diversos países y hacía presencia en las calles. En Canadá hubo dos o tres eventos mayores. En Quebec por ejemplo hubo manifestaciones de gente latinoamericana en las calles. Al final, con un acto en Mar de Plata, en Argentina, se logró la batalla, la iniciativa del ALCA fue enterrada. Eso fue en 2005, luego se perdieron muchos conectes. Canadá comenzó a firmar tratados comerciales bilaterales y nosotros nos enfocamos a enfrentar eso y perdimos la relación con organizaciones de Latinoamérica. Ahora, ante la amenaza del TPP vamos a retomar los contactos y a construir nuevos para impulsar otra vez estrategias transfronterizas. Después de casi diez años de un gobierno de extrema derecha (con Stephen Harper, del Partido Conservador, como primer ministro entre 2006 y 2015), en que no logramos incidir en nada, ni siquiera que  nos escucharan los funcionarios públicos, mucho menos movilizarnos en la calle, ahora con el nuevo gobierno encabezado por el Partido Liberal (con Justin Trudeau como primer ministro), nos sentimos aliviados, si bien las declaraciones de los funcionarios públicos no resultan esperanzadoras. La ministra de Comercio Internacional, Crystia Freeland, ha dicho que signaría el TPP (en la firma oficial del 4 de febrero en Nueva Zelanda), pero que se mantendrá escuchando a la sociedad por si hubiera algo que tomar en cuenta para la ratificación del Tratado. No obstante ha insistido en que Canadá es un país afín al libre comercio. La estrategia que seguiremos en Canadá es esta: igual que en México, nadie ha leído las más de seis mil páginas del TPP y hay desconocimiento de sus detalles. La ministra Freeland ha ofrecido realizar consultas. Nosotros vamos previamente a dar talleres para informar a la gente lo que implica el TPP; buscaremos adelantarnos y dar la información antes de que se realice la consulta en cada pueblo o locación. Con ello la población podrá saber si es o no bueno el Tratado. Es información lo que se necesita.

Plataforma Chile Mejor sin TPP, Chile

Carlos Figueroa

Esta Plataforma surgió luego de que descubrimos que durante cinco años el gobierno chileno, junto con los de otros países, estaba negociando un tratado que afectaría la soberanía chilena, o sea la capacidad de nuestro pueblo para darse sus propias leyes, que afectaría la salud de los chilenos, los derechos digitales, la soberanía de los pueblos indígenas y la posibilidad de nuestros legisladores de poder legislar sobre materias que tienen que ver con derechos sociales. Tuvimos nuestra primera reunión en junio de 2015 y decidimos hacer una convocatoria amplia a diversas organizaciones para unirse en movilización, acción e información en contra del TPP y con la expectativa de poder detener la negociación secreta. Cuando vimos que ya no teníamos mucho por hacer en ese sentido, avanzamos en la expectativa de tener un tratado que sea rechazado en el parlamento chileno. En este punto hemos enfocado nuestra acción. Las organizaciones que conforman la Plataforma reflejan bastante los temas que toca el tratado; son muchas: sindicatos de salud, organizaciones gremiales de médicos, técnicos de la medicina; organizaciones que provienen de los pueblos indígenas como los mapuches que han visto vulnerado su derecho a participar y a ser consultados por este tratado; también se han unido organizaciones que han reclamado anteriormente la propiedad y la importancia de las semillas, como las que lucharon contra Monsanto; están organizaciones nuevas y varias que tienen que ver con los derechos digitales, con la vigilancia y controles que quiere establecer el tratado en materia de internet, y otras que tienen que ver con los derechos sociales de los chilenos. La sociedad chilena no está informada sobre el TPP y por eso no ha manifestado su rechazo completo. Es un grupo muy pequeño el que conoce sus implicaciones. Esperamos que poco a poco, con manifestaciones y encuentros que promovemos, se creará conciencia sobre el tema. La estrategia de la Plataforma es la movilización para generar conciencia y de información por medio de campañas públicas, así como visitas constantes con los parlamentarios para inducirlos a que voten en contra de la ratificación. Los parlamentarios se han venido dando cuenta de la gravedad de las posibles consecuencias del TPP y mientras más saben más consideran que deben rechazar el tratado. Sí es viable y deseable que Chile diga no al TPP.

Red Latinoamericana sobre Deuda,
Desarrollo y Derechos, representante de Perú

Carlos Bedoya

En el caso de Perú, hasta antes de que entrara en vigor, en 2009, el Tratado de Libre Comercio (TLC) que tiene con Estados Unidos, había una legislación común de propiedad intelectual con Ecuador, Colombia y Bolivia –que era una decisión en el marco de la Comunidad Andina de Naciones-, la cual regulaba productos biológicos. Con el TLC, una de principales normas que se derogaron en el país fue ese acuerdo, y lo mismo le ocurrió a Colombia. Tuvimos entonces una vulneración, pues el TLC da mayores garantías a las empresas farmacéuticas y pone límites a las medicinas genéricas. En la mayoría de farmacias de Perú no se encuentran genéricos y con el TPP eso se va a agudizar; además avanzaremos a una mayor desprotección con patentes de segundo uso, esto es que si alguna medicina sirve para la gripe pero también contra infartos, tendrá dos patentes y deberán pasar varios años para permitir la liberación de genéricos. Y los medicamentos de marca cuestan hasta diez o 20 veces más caros. Hay estudios que indican que con el TPP se va a retrasar la salida de genéricos sobre todo de medicinas contra el cáncer, y los precios de los patentados serán prohibitivos para su uso en el sector público de salud. Esta es una de las cosas negativas que vemos en el TPP y por lo cual lo rechazamos. Otro aspecto es el relativo a las restricciones al uso del internet, lo cual repercutirá en menor empleo para los jóvenes. Los opositores al TPP en Perú tenemos la estrategia de que el Tratado entre a discusión al Congreso y tratar de que la mayoría de los congresistas voten en contra de su ratificación pero además que éstos promuevan el debate público y que se divulguen así los peligros del TPP. Pero hay algo muy escabroso. Los ministerios de Economía y Finanzas y de Comercio están buscando que el TPP no entre a discusión en el Congreso, pues el artículo 56 de nuestra Constitución habla de que un Tratado debe ser sancionado por el Congreso siempre y cuando verse en el tema de derechos humanos o implique cambios en la legislación interna o que su enfoque sea en materia tributaria. La estrategia de los ministerios es decir que nada de esto aplica, porque no es un convenio de derechos humanos, por más que sabemos que los afecta; porque no es de tributación, por más que sí impacte en ella, y van a decir que no afecta la legislación interna, pues ésta fue ya modificada cuando se aprobaron los TLCs con Estados Unidos y con Europa.

 
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