Villahermosa, Tab.

Las autoridades federales se hicieron las desentendidas y no se inmutaron. No escucharon. Algunos se miraban de reojo cuando, en Palacio Nacional, el papa Francisco criticó el sábado anterior que la corrupción y el saqueo son las causas de la desgracia de México, afirmó el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

El ex candidato presidencial encabezó ayer cuatro mítines en apoyo del abanderado de Morena Octavio Romero Oropeza, quien contenderá en las elecciones extraordinarias del próximo 13 de marzo, en las que se renovará la alcaldía del municipio de Centro, cuya cabecera es Villahermosa, pues el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló los comicios ordinarios del 7 de junio anterior.

Dijo que el acto del pontífice en Palacio Nacional fue como la escena de una película de mafiosos, porque el Papa habló de corrupción mientras los potentados estaban con la mirada fija y algunos se miraban de reojo.

Aseguró que observó bien el diagnóstico de Francisco sobre la corrupción que padece México. Fue muy certero y tiene toda la razón, porque el principal problema del país es la corrupción y sus consecuencias son la pobreza y la violencia. Por ello se tiene que erradicar la corrupción, subrayó López Obrador.

En entrevista, el político tabasqueño manifestó que al jefe del Estado Vaticano no le corresponde combatir la corrupción en México, porque es un dirigente espiritual, como cualquier otro dirigente de otra iglesia o como cualquier libre pensador o filósofo. Lo que se tiene que pensar es en transformar esa realidad. Es lo que corresponde a los mexicanos, y en eso estamos, buscando un cambio de régimen para acabar con la corrupción, destacó.

Sostuvo que hay una alianza perversa, encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto y el ex mandatario Carlos Salinas de Gortari, para sepultar a Morena en Tabasco.