Por primera vez la Iglesia La Luz del Mundo llevó a cabo la ceremonia internacional de bautismo, de manera simultánea, en plazas públicas de México y en 53 países. En la capital se realizaron más de mil 200 celebraciones en Plaza de la República del Monumento a la Revolución, donde colocaron tres albercas.

De acuerdo con la Iglesia, al acto asistieron en promedio 25 mil personas, entre integrantes, amistades y aspirantes, y en todo el país bautizaron poco más de 30 mil personas y otras 20 mil en sedes de 53 naciones de los cinco continentes, es decir, se sumaron más de 50 mil nuevos miembros.

Luego de un mensaje grabado que envió desde Maui, Hawai, Naasón Joaquín García, líder y director internacional de la Iglesia, en el que describió el oficio sagrado del bautismo de conformidad con su doctrina, los miles de asistentes realizaron oraciones y cánticos antes del culto.

Rubén Barrera Millán, vocero de la ceremonia, indicó que “el rito se hace en las personas que son convertidas y que tienen edad suficiente para tomar decisiones. Luego de escuchar la doctrina del Señor se convencen y están decididos a formar parte del pueblo de Dios mediante el bautismo.

La persona que recibe el bautismo implica un lavamiento de pecados y es por eso que es una inmersión completa en el agua. Cuando se le sumerge vuelve a nacer espiritualmente como un nuevo integrante del pueblo santo del Señor y sus pecados son perdonados.

Agregó que este es un acto inédito. No hemos visto algún otro grupo religioso que haga algo parecido. Normalmente esto lo realizamos en nuestras iglesias.

El vocero nacional, Eliezer Gutiérrez Avelar, mencionó que actos como éste abonan a una cultura de respeto y libertad tan necesaria en nuestra sociedad plural. Es importante que las autoridades atendiendo al mandato constitucional garanticen los derechos a sus ciudadanos en condiciones de igualdad con independencia del grupo al que pertenezcan, pues la Constitución establece que las asociaciones religiosas son iguales ante la ley y que la justicia para ser justa necesariamente tiene que ser equitativa.