Integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) alertaron que el incremento en el precio de la tortilla es la punta del iceberg de lo que se avecina. Destacaron que la depreciación del peso frente al dólar podría impactar en aumentos a alimentos de la canasta básica que van de 15 a 35 por ciento.

En entrevista, Álvaro López Ríos, dirigente de la UNTA, informó que ante la negativa del gobierno federal de atender los problemas más urgentes del agro y enfrentar el creciente incremento de los insumos básicos, como semillas y agrofertilizantes, más de 5 mil productores de maíz y frijol se manifestarán en la Ciudad de México este 23 de febrero.

Nos movilizaremos –dijo– para exigir que los requisitos del Programa de Incentivos para Productores de Maíz y Frijol (Pimaf) no sean inalcanzables para los pequeños productores, sobre todo si se considera que la escalada de precios en alimentos será una realidad.

Explicó que las reglas de operación publicadas para 2016 hacen que sea casi imposible que los pequeños agroproductores tengan acceso a estos apoyos, porque en lugar de simplificar los requisitos, los complicaron y si ya tenemos una crisis en el campo, ahora vamos a tener muchos más problemas.

Agregó que para este año también se convocarán acciones de protesta, pues detalló que en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, se movilizarán a la Ciudad de México poco más de 20 mil campesinas para exigir, indicó, el cumplimiento de los programas de apoyo al campo y a las labriegas.

López Ríos señaló que para el 8 de agosto, cuando se conmemora el natalicio de Emiliano Zapata, se congregarán miles de campesinos en la capital del país para demandar al gobierno federal que responda a las demandas de las organizaciones que integran el Frente Auténtico del Campo, que incluyen acciones para rescatar la producción del agro nacional.

Indicó que a finales de este mes, las agrupaciones concluirán la entrega de sus demandas ante las dependencias del sector, por lo que reiteró que esperamos que se atiendan, pues alertó que México importa 45 por ciento de los alimentos que consume, situación que tendrá un impacto cada vez mayor en el bolsillo de los consumidores, pero también en los campesinos, que por falta de insumos y de recursos para adquirirlos podrían dejar de cultivar miles de hectáreas.