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Visita Papal

Hay que dejar dormir a los vecinos, mañana nos veremos

Saludo de Francisco calma la algarabía en la nunciatura
Foto
Entusiasmo juvenil ante la esperanza de mirar al fugazmente al papaFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de febrero de 2016, p. 4

¡Lo vimos, aunque sólo fue un segundito!, exclamó un ama de casa procedente de Monterrey, apenas pasó el convoy papal sobre avenida Insurgentes, hacia la nunciatura apostólica, donde el máximo jefe de la Iglesia católica pernoctará durante su visita apostólica al país.

Desde antes de las 4 de la tarde, cientos de personas comenzaron a llegar a la ruta de 19 kilómetros que siguió el Papa desde el hangar presidencial hasta la colonia Guadalupe Inn. En algunos puntos de la valla, colocada por elementos de seguridad, la afluencia fue escasa, pero en en las inmediaciones de la nunciatura se congregaron algunos miles con la idea de que el papamóvil disminuyera su velocidad, y de suerte, se baje y nos salude.

Fue notoria la presencia de alumnos de escuelas y universidades religiosas, así como integrantes de grupos católicos, monjas, sacerdotes y residentes de esta zona de clase media alta, en el sur de la ciudad de México.

Para algunos, la espera valió la pena, porque unos 40 minutos después de llegar a la sede diplomática, Francisco salió a la calle Juan Pablo II con la intención de saludar y calmar la algarabía de los jóvenes, que anunciaban una vigilia. Yo los invito a que ahora, tranquilitos, vayamos a casa en paz, mañana nos veremos.

Jorge Mario Bergoglio pidió rezar por las personas que nos quieren, pero también por las que no nos quieren; enseguida se despidió e hizo hincapié en que hay que dejar dormir a los vecinos. Los muchachos postergaron la velada cerca de quien consideran su ídolo y guía. Para otros, la simple imagen fugaz del hombre vestido de blanco representó una bendición.

A la bienvenida acudieron no sólo capitalinos, sino personas procedentes de diferentes entidades del país y allende las fronteras; había banderas del Vaticano, pero ademas de Guatemala, El Salvador y Argentina, entre otras. De pie o sentadas en banquitos había muchas señoras y adultos mayores, para quienes la única oportunidad de ver al pontífice en persona era ahí, en la banqueta, porque no tienen boleto para los actos y ceremonias que encabezará el Papa argentino.

“Fui con el padre (de su parroquia) y me dijo: ‘no nos han dado nada, y si llegan los boletos serán para los del coro’”, lamentó una señora de la colonia Molino de Rosas, firme por casi seis horas en un lugar de primera, a un costado de donde corre todos los días el Metrobús. Hay que tener fe, se va a parar.

Entre la euforia, las porras, los gritos y los destellos de los celulares, el pontífice ingresó a la nunciatura minutos antes de las 21 horas.

A unos pasos de la sede vaticana estaba Margarita Zavala, quien el sexenio pasado fue la anfitriona de Benedicto XVI, cuando visitó León, Guanajuato, en marzo de 2012. Ayer estuvo tras las vallas.

La calle fue también ocupada para la venta. Banderitas del Vaticano a 20 pesos, playeras con la imagen del Francisco a 80 y 100, calendarios a 10 y selfie con el Papa de cartón a 20 pesos. Bendito sea Dios, me ha ido bien, dijo el artesano de la foto papal de tamaño natural, no así muchos de los ambulantes que batallaron para colocar sus productos.

Por varias horas un tramo de la emblemática avenida Insurgentes Sur se paralizó, pero no hubo tumultos ni incidentes reportados por las policías local y Federal.

La mayoría de la gente sólo quería ver a Francisco, aunque algunas, como Carmelita Loayza, de Sonora, confían en que el mensaje papal toque el corazón de los políticos, para sacarnos de la violencia.