l 6 de enero de 2016 una detonación nuclear en la península de Corea envió señales sísmicas que fueron captadas por miles de sismógrafos alrededor del mundo. La explosión aceleró la tendencia a la baja de las bolsas de valores del planeta e incrementó las tensiones geopolíticas entre las potencias que se disputan el océano Pacífico. La prueba subterránea también actualizó una pregunta formulada por Theodoro Adorno y Max Horkheimer en su Dialéctica de la Ilustración: ¿por qué el ser humano, aunque obtiene progresos técnicos, llega una y otra vez a la barbarie?
El gobierno de la República Popular de Corea (RPC) informó que había detonado una pequeña bomba H
para defender la soberanía popular, vigorizar la causa Juche, garantizar la integridad de la península, perfeccionar sus arsenales y responder a los portaviones y superbombarderos con carga atómica colocados por Estados Unidos en la península. El comunicado concluye: Sería un error tirar un rifle cuando se está rodeado de lobos
. El 10 de enero, Estados Unidos respondió sobrevolando la zona con su bombarderos B-52 y acercando un B2 y varios F22 Raptor.
En 2009, cuando la RPC realizó su tercera detonación nuclear, los sismólogos concluyeron que poseía una ojiva atómica parecida a la detonada en Hiroshima. De acuerdo con Jeffrey Park, (Seismic waves from North Korea suggest a repeat of the 2013 nuclear test, The Bulletin of Atomic Scientists
, 7/I/16), los datos del sismógrafo de Mundajiang, China, el más cercano al reciente estallido, delinean un sismo trepidatorio que, desde la primera onda de compresión (onda P) hasta la última onda recibida, mostraron un comportamiento muy similar al de la explosión de 2013, correspondiente a una bomba A (de fisión) y no al sismo seis veces mayor que provocaría una bomba H (de fisión-fusión). Una bomba A requiere una explosión basada en la fisión atómica, una bomba H se basa en una primera explosión (de fisión) para alcanzar las temperaturas necesarias para provocar una fusión atómica que desata un segundo estallido; aunque también podría haber ocurrido, señala, que la explosión haya sido producida por un artefacto diseñado como bomba H al que se cebó
la segunda explosión o bien era un experimento para probar el detonador de una bomba H, aún en construcción
.
¿Qué pensaron los líderes del Partido Comunista Chino el día de la descarga nuclear?, ¿lo sabían?, ¿se sorprendieron?, ¿lo aprobaron?, o ¿pensaron que su aliado se había salido del huacal? De acuerdo con Bruce Cummings, en The North Korea that can say no
(The Bulletin of Atomic Scientists 11/enero16), es probable que un sector de la dirigencia comunista china vea el arsenal norcoreano como refuerzo en la contención del eje Washington-Tokio-Seúl. Pero otro sector debe opinar que las provocaciones norcoreanas brindan a Obama una coartada para saturar de armas la región.
El 15 de enero la agencia Yonhap informó que la segunda flota de la armada de Corea del Sur realizó un ejercicio con fuego real en el mar Amarillo, disparó proyectiles de artillería y minas antisubmarinas. Por su parte, Shinzo Abe, primer ministro de Japón, declaró que la última detonación atómica norcoreana representa una amenaza directa para la seguridad de su país. Para Ulv Hanssen, doctor por la universidad de Freie, de Berlín (citado en Zappa, Shinzo Abe sulla bomba coreana: È una minaccia esplicita alla nostra sicurezza
, Il manifestó, 7/I/16), el principal peligro radica en que Japón incremente su presupuesto militar e inicie una carrera armamentista en la región.
El 6 de diciembre Josh Earnest, secretario de prensa de la Casa Blanca, afirmó que el presidente Obama ha sido exitoso en convertir a la RPC en el país más aislado del mundo y que durante su último encuentro con el presidente Xi Jinping ambos acordaron negar a Corea el estatus de potencia nuclear. Sin embargo, según la cancillería japonesa, China se ha opuesto a aplicar nuevas sanciones contra la RPC en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Kim Jong Un juega con fuego, pero las grandes potencias también están en falta al incumplir el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, que las obliga a desmantelar sus arsenales. El filósofo coreano Byung-Chul Han ha señalado en su libro Psicopolítica que la dominación perfecta introyecta en los dominados las ideas del dominador. No debemos acostumbrarnos a la existencia de las armas atómicas ni creer imposible su desmantelamiento. Los acuerdos Start 1, 2 y 3, y el reciente convenio alcanzado con Irán, muestran que son posibles tanto el desmantelamiento de los arsenales como la no proliferación. La disputa interimperialista por el Pacífico pone en peligro la paz global. Si somos colmena inteligente debemos encontrar la manera de jalar el freno de emergencia para evitar que el término homo sapiens se convierta en eufemismo.
* Doctor en historia y profesor de la UNAM