En lo que va de la presente administración el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público, indicador que incluye las obligaciones financieras en su versión más amplia, se incrementó en 8 puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB), según revelan los últimos informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Entre diciembre de 2012, cuando inició la gestión del actual gobierno, y el cierre de 2015, el monto de las obligaciones del sector público pasó de representar una proporción de 37.7 a 45.7 por ciento con respecto al PIB, respectivamente.

Pese a que el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público cerró en 2015 en una proporción de 45.7 por ciento del PIB, se ubica por abajo de la estimación oficial e inicial de alcanzar al cierre del año pasado una proporción hasta de 46.9 por ciento del PIB contenida en los Criterios Generales de Política Económica para 2016.

Los informes detallan que el el saldo de los requerimientos financieros del sector público pasó de un monto de 5 billones 890 mil 846 millones de pesos en 2012 a 8 billones 633 mil 480 millones de pesos al concluir 2015, lo que significó un endeudamiento adicional en ese periodo de 2 billones 742 mil 634 millones de pesos. Es decir, un aumento de 46.5 por ciento.

Debe sector público $8.1 billones

Al cierre del cuarto trimestre de 2015, el monto de la deuda neta del sector público federal se ubicó en 8 billones 160 mil 589.9 millones de pesos, que incluye la deuda neta del gobierno federal, las de las empresas productivas del Estado y la de la banca de desarrollo. Como porcentaje del PIB, significó 43.2 por ciento. Este monto representó un aumento de 52.4 por ciento respecto del saldo observado en 2012, cuando se situó en 5 billones 352 mil 794.7 millones de pesos.

La deuda interna neta contratada por el gobierno federal para completar el financiamiento de sus programas y gasto se incrementó 42.7 por ciento entre diciembre de 2012 y diciembre de 2015. En ese periodo pasó de 3 billones 769 mil 999.1 millones de pesos a 5 billones 379 mil 857.1 millones de pesos, lo que representó un alza de un billón 609 mil 858 millones de pesos. Este monto alcanzado al concluir 2015 significó 28.5 por ciento del PIB.

En el caso de la deuda externa neta, denominada en su mayoría en dólares, registró en la actual gestión gubernamental un aumento de 39 mil 950.5 millones de dólares, es decir, 32.8 por ciento, al ascender de 121 mil 659 millones de dólares observados en 2012 a 161 mil 609.5 millones registrados en 2015, lo que representó una proporción respecto del PIB de 14.7 por ciento.

La SHCP detalló que el efecto por la depreciación del tipo de cambio sobre el saldo de la deuda externa en los últimos 12 meses ascendió a 1.8 por ciento del PIB, que representan alrededor de 325 mil millones de pesos, de acuerdo con las estimaciones oficiales de un PIB con valor de 18 billones 74 mil 500 millones de pesos para 2015. El impacto de la depreciación del peso mexicano frente al dólar significó un monto superior a 301 mil 757 millones de pesos de gasto neto presupuestario de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) durante 2015.

Solamente en 2015 el costo financiero, que incluye los intereses, comisiones y gastos de la deuda pública, así como las erogaciones para saneamiento financiero y de apoyo a ahorradores y deudores de la banca, registró un aumento de 61 mil 919.9 millones de pesos, que representa un alza de 14.8 por ciento en términos reales, al pasar de 345 mil 973.7 millones al concluir 2014 a 407 mil 893.6 millones de pesos al cierre de 2015.

Sobre la deuda pública, el titular de la SHCP, Luis Videgaray, al hablar este viernes ante senadores del PRI y el PVEM, destacó que México sigue y seguirá siendo un país de bajo endeudamiento; es uno de los países que tienen una razón de deuda con porcentaje del producto interno bruto más bajas.

En primer lugar, explicó que México tiene una baja exposición al riesgo de tasa de interés. El 83 por ciento de nuestra deuda interna está contratada a tasa fija y de largo plazo, un plazo promedio de ocho años. Este es un contraste notable con cómo era la estructura de la deuda hace 20 años, en el episodio, por ejemplo, del 94 al 95, donde el grueso de la deuda era de muy corto plazo, añadió.

Segundo, casi cuatro quintas partes de la deuda del gobierno federal, 78 por ciento, está denominada en pesos. Esto quiere decir que los movimientos en el tipo de cambio tienen un efecto marginal en el tamaño de la deuda.

Y el resto de la deuda del gobierno federal, el otro 22 por ciento, está no solamente denominado en dólares, por lo que hay una canasta balanceada donde tenemos una parte denominada en yenes, otra parte en euros, y otra parte en libras esterlinas, de tal manera que constantemente diversificamos nuestro riesgo. Y la deuda externa del gobierno federal tiene uno de los plazos más largos que hay en el mundo, superior a 20 años.