Ponderan especialistas la prevención y tratamiento de adicciones
Miércoles 27 de enero de 2016, p. 3
Cancún, QR.
María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Siquiatría, se manifestó en favor del aumento en la dosis legalmente permitida para el consumo de mariguana, como vía para atender y prevenir la problemática asociada al consumo.
Igualmente, analizar el punto respecto de cocaína y heroína, vincular el análisis del tema de las drogas y la violencia y no estigmatizar a los consumidores.
Durante el primero de cinco foros convocados por el gobierno federal para analizar las características y efectos del uso de esta yerba, especialistas ponderaron el tema de la prevención y el tratamiento de adicciones, soporte indispensable –dijeron– ante una eventual reforma en México en cuanto al uso de la cannabis.
También advirtieron sobre pruebas científicas parciales e insuficientes acerca de los beneficios del uso terapéutico o medicinal de la mariguana, por lo que es una asignatura pendiente que debería ponderarse al más alto nivel y con todos los protocolos internacionalmente aceptados.
Al inicio del foro, denominado Salud Pública y Prevención, Bertha Madras, académica del Departamento de Siquiatría y presidenta de la División de Neuroquímica de la Escuela de Medicina de Harvard, se refirió a los efectos en el cerebro a consecuencia del consumo de mariguana, así como de otros daños a la salud.
Si bien la mariguana como tal no mata –sería muy difícil el poder fatal de una sobredosis–, sí hay efectos a funciones cerebrales y consecuencias vinculadas a la sicosis, depresión y esquizofrenia, en casos de consumo alto y prolongado, afirmó.
Igualmente señaló –tal como hicieron después otros de sus colegas– efectos a la coordinación motora, así como graves daños a la salud en jóvenes embarazadas.
Dentro del salón donde se realizó la mesa de análisis y afuera del centro de convenciones de este polo turístico estuvieron algunos promotores de la liberalización del consumo de la cannabis, algunos de los cuales (jóvenes del PRD y comercializadores del producto) se manifestaron con pancartas y playeras en las que exigen terminar con la prohibición de consumo de esta yerba y con la ‘‘guerra’’ contra el narcotráfico.
Al encuentro fueron invitados estudiantes universitarios. Mientras transcurría la primera ponencia, un par de adolescentes murmuraban: ‘‘Yo sí la he fumado y no me pasó nada’’; ‘‘yo la probé y me seguí un rato, pero ya no. Es algo que sí se puede controlar’’.
Deni Alvarez de Icaza, del Instituto Nacional de Siquiatría, precisó que no todo consumo de la yerba es problemático y que sólo un mínimo porcentaje deriva en trastornos sicóticos.
La alerta viene por el número de consumidores que significan, para la sociedad, un mayor aumento de accidentes vehiculares y alteraciones cognitivas, por ejemplo. Lo que sí está demostrado son los trastornos al individuo durante y después de una estadía en prisión.
En tanto, Medina Mora indicó que se requiere difundir información en torno al consumo legalmente permitido (5 gramos), para evitar la extorsión, al tiempo de multiplicar programas de prevención y tratamiento.
‘‘Se tendría que buscar esa dosis que no favorezca el narcomenudeo y la oferta mayor de drogas, sobre todo a niños y adolescentes, pero que por otra parte evite que vayan a la cárcel quienes se pasaron un poco de la dosis (actual)’’, dijo en entrevista al término de su ponencia.
Hay ejemplos en otros países –subrayó– de que un incremento no ha empeorado las adicciones, además de que hicieron una fuerte inversión en prevención.