Madrid.

Mariano Rajoy se hace a un lado, pero no se va. El presidente del gobierno español anunció este viernes su decisión de declinar someterse a la sesión de investidura, al menos por el momento, al explicar que no tengo los apoyos necesarios todavía. Esta decisión obliga ahora al líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, a asumir el liderazgo de la negociación para un futuro acuerdo de gobierno entre partidos de izquierda, incluido Podemos, en el que también serán fundamentales las formaciones nacionalistas catalanas y vascas.

Rajoy anunció sorpresivamente su decisión de no presentarse como candidato en la sesión de investidura, al reconocer que no había conseguido el apoyo de ningún partido político. El Congreso de los Diputados quedó fragmentado en cuatro partes: el Partido Popular (PP) logró 123 diputados; el PSOE, 90; Podemos, 69, y Ciudadanos, 40. Además del resto de formaciones nacionalistas gallegas, catalanas, vascas y canarias, e Izquierda Unida.

A todos los españoles les digo hoy que no tengo los votos y, por tanto, no tiene ningún sentido que vaya allí a los únicos efectos de que empiece a correr el plazo de dos meses que da la Constitución española, advirtió Rajoy, quien además reconoció que en su decisión influyó el anuncio hecho este viernes por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, de que estaba dispuesto a firmar un pacto de gobierno con los socialistas.

Criticó ese hipotético convenio de gobierno entre las fuerzas de izquierda y los nacionalistas catalanes y vascos. No le conviene a España, porque hay que intentar hacer gobiernos que no sean sólo una suma de números, sino tenga cierta coherencia, indicó.

Con esta decisión la formación del nuevo gobierno español quedará supeditada a una nueva ronda de contactos con el rey Felipe VI, en su calidad de jefe de Estado, que se iniciará a partir del lunes próximo, cuando recibirá al presidente del Congreso, Patxi López. El miércoles siguiente comenzará la ronda y será entonces, en función de cómo evolucionen las negociaciones, cuando se decidirá una fecha para la sesión de investidura.

Tras la decisión de Rajoy, el líder socialista Pedro Sánchez tendrá ahora que intentar llegar a un pacto con Podemos –el cual está integrado, a su vez, por tres grandes corrientes: la madrileña, la catalana y la gallega–, con IU y el valenciano Compromis, y necesitarán la abstención o el apoyo de los diputados de Esquerra Republicana de Cataluña, Democracia y Libertad y el Partido Nacionalista Vasco.

Iglesias, en su calidad de dirigente de Podemos, se entrevistó con el rey Felipe VI para expresarle su disponibilidad a un acuerdo con el PSOE. De hecho, advirtió que el futuro gobierno de España lo debe tener a él mismo como vicepresidente y exigió para su formación al menos seis ministerios: Economía, Interior, Defensa, Servicios Sociales, Educación y Sanidad. Es decir, el núcleo duro del gobierno y las carteras más sensibles y estratégicos, con lo que será prácticamente imposible que el PSOE acepte esa propuesta, que minutos después de presentarla fue tildada de humillación e insulto por varios dirigentes socialistas.