Con fiesta de dos días cumplirán último deseo del autor de Un día especial y La terraza
Jueves 21 de enero de 2016, p. a11
Roma.
El mundo de la cultura en Italia llora la muerte de Ettore Scola, maestro del cine comprometido e irónico, que supo retratar vicios y debilidades de los italianos.
Supo contar vicios, debilidades y particularidades de los italianos. Todo ello porque lograba tener esa mirada desde afuera
, comentó a Afp-tv el director de la Casa del Cine de Roma, Giorgio Gosetti.
Autor de títulos inolvidables, como Un día especial o Nos amábamos tanto, Scola falleció el martes en Roma a la edad de 84 años.
A pedido del mismo Scola, Gosetti anunció que cumplirá su último deseo, de celebrar su despedida de este mundo con una suerte de fiesta que durará dos días.
Fue su última voluntad, que su funeral fuera como una fiesta. Y así sera
, contó Gosetti, conocido crítico de cine
La Casa del Cine abrirá sus puertas para que amigos, colegas y gente común rindan homenaje al cineasta, quien contó con ironía y autoironía 50 años de vida italiana.
Se va un pedazo del gran cine italiano. Scola criticaba la sociedad, estaba enamorado de sus antihéroes, pero siempre con una sonrisa
, recuerda en un tuit el ex presidente del festival de Cannes (Francia), Gilles Jacob, tras confesar: Me siento triste y huérfano
.
Se pierde al último cineasta de una generación dorada
Italia pierde también al último cineasta de una generación dorada, que contó la vida de la gente común, con sus historias profundas y humanas, las cuales se desarrollaban casi siempre en Roma.
Se ha ido un hombre extraordinario, joven hasta el último día de su vida
, aseguró el ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini, tras visitar a la familia.
Si hicieran un referéndum en Italia para votar el filme perfecto, ganaría Un día especial, de 1977, afirmaron varios críticos de cine, al recordar una de sus cintas más legendarias, en la que Sofia Loren encarnaba a una ama de casa aburrida y Marcello Mastroianni a un periodista homosexual, los dos vecinos que terminan por pasar juntos el día de la visita de Hitler a Roma, en 1938.
Me interesan más los diferentes que los iguales
, solía decir Scola, quien llegó al mundo del cine en los años 50 escribiendo guiones, más de 80, y defendió hasta el final sus convicciones políticas, siempre de izquierda.
Era ante todo un militante de los derechos civiles
, recordó la presidente de la Cámara de Diputados, Laura Boldrini, quien mencionó sus batallas y su militancia en el Partido Comunista.
“Nunca renegó de su militancia. Conocía sus errores, como reconoció con anticipación en el filme La terraza. Pero también sus méritos y esfuerzos. Creía que eran valores que había que defender”, subrayó el crítico de cine del Corriere della Sera, Paolo Mereghetti.