Mérida, Yuc.

Las afectaciones por el cultivo y producción de soya transgénica de Monsanto en Yucatán no se limitan a la miel y al rechazo de este endulzante entre los consumidores europeos, sino también a los desastres ecológicos, porque los herbicidas utilizados en las plantaciones se filtran y llegan al subsuelo, concluyeron expertos durante el foro Consulta Indígena Maya, efectuado en esta ciudad la noche del lunes.

En el encuentro (realizado por el Colegio de Antropólogos de Yucatán, Equipo Indignación –organización defensora de los derechos humanos– y Ma OGM Colectivo sin Transgénicos), el apicultor Federico Berrón Autrique advirtió que, en lugar de selvas, en la península hay plantaciones de soya y el impacto ha sido muy grave para la comunidad. Señaló que incluso el gobierno estatal declaró emergencia económica por el riesgo que representa esta siembra.

Explicó que los herbicidas que se filtran al subsuelo pueden llegar a las comunidades y causar daños a la salud.

Precisó que tras la autorización de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación a Monsanto para cultivar soya transgénica en 253 mil hectáreas y su posterior anulación por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la empresa dejó miel contaminada con organismos genéticamente modificados.

Indicó que en Europa, en 2011, se detectó miel infectada con polen transgénico y al año siguiente tuvieron mucho cuidado de que este producto no fuera a mezclarse indiscriminadamente. En Campeche hubo extrema precaución con la recolección de unas mil toneladas de miel.

Berrón Autrique indicó que el gobierno federal no escuchó la advertencia de los apicultores afectados, y el resultado fue que al tirar la selva acabaron con cientos de especies por hectárea, que forman parte del hábitat de multitud de familias.

Jorge Fernández Mendiburu, abogado de Colectivo sin Transgénicos, explicó que la SCJN ya emitió un fallo y el planteamiento fue claro: debe realizarse un proceso de consulta en determinadas comunidades.