Colima.

En los seis años del gobierno de Mario Anguiano, el estado se caracterizó por un incremento en la violencia, una caída en la economía y el repunte de la inseguridad. Se perdió la brújula, describe José Ignacio Peralta Sánchez, quien ganó la elección extraordinaria para gobernador el domingo.

El ex subsecretario de Comunicaciones, que forma parte del denominado Grupo Universidad, marca la ruptura definitiva con Anguiano, cuando describe lo que significó que su antecesor operara en favor del Partido Acción Nacional (PAN) y contra del candidato del Revolucionario Institucional (PRI): traición y deslealtad.

Peralta Sánchez no era el candidato de Anguiano, sino el ex alcalde de Colima, Federico Rangel, pero la nominación se hizo directamente desde el Comité Ejecutivo Nacional.

El Grupo Universidad es liderado por el ex gobernador Fernando Moreno Peña, quien sufrió un atentado el 12 de octubre en el restaurante Los Naranjos Campestre, y ya no aparece en público.

Cuando, en entrevista con La Jornada, se le pregunta por ese atentado y el clima de violencia que caracteriza al estado, Peralta Sánchez señala que trabajará desde la gubernatura para que Colima vuelva a ser el estado más seguro del país.

La elección de junio fue anulada por que el ex titular de Desarrollo Social, Rigoberto Salazar Velasco, dijo haber intervenido en la campaña para favorecer al PRI.

El próximo gobernador contrasta entre aquella elección y la de anteayer: “esta vez actuó un PRI mucho más organizado, que alimentó y fortaleció la lealtad y el sentido de pertenencia al partido, una estructura y militancia muy comprometidas, el convencimiento pleno de que no sólo tenía que ser el candidato sino el gobernador. Todo un trabajo –de la estructura, los sectores y organizaciones– muy comprometido, leal y sobre todo con este sentido de pertenencia. El gobernador (Anguiano) ya no está en funciones, ya que fue percibido, de manera generalizada, como un mal gobernador”.

Además, resalta que la elección ya fue sólo para gobernador y no influyó de manera negativa la división del voto con los partidos aliados con el PRI.

Nos reiventamos, presentamos nuevas propuestas y esto fue bien percibido y evaluado por la sociedad, indica.

–¿Cómo actuó Anguiano en su contra?

–Hay muchos comentarios en ese sentido, de que sí hubo traiciones muy graves en el partido.

“Mientras la tónica de la elección ordinaria fue la traición y la deslealtad, ahora vimos un PRI con un ingrediente que, por el contrario, fortaleció el sentido de pertenencia y unidad, y esto generó un trabajo muy comprometido por parte de la estructura.

Estoy muy agradecido con los colimenses, pero en especial con la estructura del PRI y los partidos que fuimos en coalición, con quienes sí se hizo un trabajo muy serio y profesional, muy comprometido y con un enorme ingrediente de lealtad.

–¿Qué espera de la solicitud de juicio político contra Anguiano, que está en el Congreso?

–Es un tema que corresponde resolver a los diputados. El Congreso debía definir si hay una intención de aclarar lo que sucedió en la administración anterior o si es un circo político, porque tiene la atribución constitucional de auditar y fiscalizar; sin embargo, no ha hecho nada. No tenemos noticias de un indicio de corrupción o irregularidad de nada.

Hay que solicitarles que dejen el tema mediático. No se trata de circo político sino de revisar cómo están las cuentas y en caso de corrupción, malversación de fondos o temas irregulares, que se actúe con base en la ley.

–¿Es posible que se dé el paso a un estado pacífico?

–En los pasados seis años se perdió la brújula. Es importante retomar el rumbo y haremos una convocatoria a toda la población para recuperar la unidad, dejar atrás la competencia electoral y sanar las fracturas.

Respecto de la elección ordinaria, la de ayer reflejó una caída en la participación, que fue de 56.19 por ciento, y Peralta Sánchez considera que la arbitraria e injusta anulación del proceso de junio por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación influyó en una menor asistencia a las urnas.

–¿Influyó la guerra sucia que se atribuye al PAN?

–Parte lo que explica el triunfo es la extraordinaria campaña, pero también que la población envió un mensaje de que no quiere guerra sucia, ese tipo de campañas y de que se debe privilegiar el compromiso y la oferta de los candidatos.