Foro académico señala exclusión de las clases más desfavorecidas
Sábado 16 de enero de 2016, p. 9
El proceso de globalización en el mundo se conduce por intereses de grandes capitales internacionales, lo que ha implicado la exclusión de derechos, participación y deliberación de las clases más desfavorecidas, sostuvieron los participantes de la mesa redonda El futuro del Estado, la política y los movimientos sociales, realizada en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Lucio Oliver Costilla, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS), señaló que esta internacionalización se ha impuesto a las naciones e involucra la sobrexplotación de los recursos, tanto naturales como de las sociedades de cada país, así como el sometimiento a los criterios de las grandes corporaciones trasnacionales.
El académico aseguró que pensar en estos asuntos para un futuro es factible a partir de dos factores: la unidad indisoluble entre historia y política, y la capacidad de dar un espacio a la voluntad y a la disputa.
El modelo económico está caracterizado por normas que afectan tanto a la inversión como al producto interno bruto (PIB); esta crisis tiene más de 40 años, dijo por su parte José Gandarilla Salgado, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH).
A su vez, Silvia Soriano, del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), refirió el caso de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) como un ejemplo de movimiento social que interpela al Estado desde 1990, con su primer consigna como un Estado plurinacional.
Tanto Evo Morales como Rafael Correa, actuales presidentes de Bolivia y Ecuador, respectivamente, mediante asambleas constituyentes introdujeron modificaciones que favorecieron este concepto; sin embargo, no instrumentaron acciones concretas para hacer efectivo el significado de la pluralidad de la nación.
Asimismo, advirtió que la crítica a la democracia es fundamental, pues se reduce, en nuestras sociedades, a procesos electorales en países donde la exclusión es la regla.