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El teatro es un arte colectivo, expresó el galardonado en la sala Manuel M. Ponce

Distiguen al escenógrafo Alejandro Luna con la Medalla Bellas Artes

Su talento y creatividad han enriquecido a varias generaciones, destacó la directora del instituto

 
Periódico La Jornada
Viernes 15 de enero de 2016, p. 5

En la realización de una obra de teatro participan muchas personas, entre ellas el director, el iluminador, los encargados de la utilería, actores y técnicos. Con todos ellos el escenógrafo y arquitecto mexicano Alejandro Luna quiso compartir la Medalla Bellas Artes que recibió el miércoles por la noche en la sala Manuel M. Ponce.

Acompañado por sus hijos, Diego y María, así como por sus nietos, el arquitecto e iluminador escénico dijo: Estoy muy emocionado por este reconocimiento; es un deber decir la neta: el teatro es un arte colectivo. Quisiera compartir esta medalla con todos los directores que me han aguantado, con todos los actores cuyos personajes he disfrutado a lo largo de muchos años, con generaciones de técnicos que han puesto la luz, con los que construyen, los que pintan, los que hacen utilería, sin lo cual no habría teatro. En nombre de todos recibo esta medalla, dijo y los aplausos inundaron una sala cuya capacidad fue insuficiente y en la que muchos escucharon de pie los discursos previos.

En su momento, la crítica de teatro Luz Emilia Aguilar Zinser, el director y dramaturgo Alberto Villarreal y la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, reflexionaron acerca de la forma en la que Alejando Luna renovó y revolucionó la experiencia teatral. Recordaron su trabajo al lado de directores nacionales y extranjeros, y en escenarios de todo el mundo.

La obra de Alejandro Luna amerita mucha reflexión y mucho reconocimiento, señaló Aguilar Zinser, quien consideró al escenógrafo personaje fundamental para la historia del teatro mexicano, trabajo que realizó durante 10 años a la par de su obra de arquitecto y que dejó para dedicarse por completo al teatro.

El reconocimiento a su trabajo en escena es resultado natural inevitable, añadió, y su participación en el hecho teatral ha sido una celebración de la inteligencia colectiva.

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Luna al recibir la presea, el miércoles pasadoFoto Jesús Villaseca

El director Alberto Villarreal recordó que en uno de sus encuentros con Alejandro Luna le preguntó si extrañaba a alguno de los directores con los que había trabajado, como Ludwik Margules, Juan José Gurrola o Héctor Mendoza, y el escenógrafo respondió que más que extrañar a un director extrañaba a una generación, a un grupo de creadores con un modo de ser, de provocar. Esa ha sido una de las lecciones: que el teatro es un proceso de grupo y de generación.

La directora del INBA expresó que la experiencia teatral es el milagro de la comunicación entre el creador y el espectador que despierta emociones únicas. El teatro nos brinda la posibilidad de ver reflejado el mundo, de observarnos y reconocernos en él; en esta disciplina Alejandro Luna ha encontrado su vocación de hacedor sorprendente para hacernos vivir y grabar en nuestra memoria la experiencia teatral, y destacó la generosidad, pasión y rigor de su aporte.

“Su maestría en el manejo de la luz y el espacio, la complicidad artística lograda con los directores con los que ha trabajado y los múltiples escenógrafos e iluminadores que han abrevado de sus enseñanzas nos hablan de este artista insustituible.

Grandes directores nacionales e internacionales lo han invitado a colaborar con ellos. Gracias a su talento y creatividad sus escenografías han contribuido a enriquecer los discursos teatrales de diversas generaciones. Alejandro Luna ha ampliado y modernizado las posibilidades del teatro mexicano. Tu obra es un arte vivo y abierto a jugar con todos los elementos que hacen vibrar un escenario, tu trabajo es un sello imborrable en la historia del teatro de México. Margules dijo que colaborar contigo significaba la posibilidad de crecer artísticamente, que era estar en presencia de la genialidad.