Madrid.

Vino, vio y venció. Zinedine Zidane vivió el pleno éxito de su debut como entrenador del Real Madrid. No sólo ganó su equipo 5-0 al Deportivo de La Coruña, sino que devolvió la sonrisa a un Santiago Bernabéu deprimido durante cinco meses.

Nadie se acuerda ya de Rafael Benítez, destituido el pasado lunes sin ninguna honra. Apenas tuvo 22 segundos del presidente merengue, Florentino Pérez, cuando anunció su destitución. Todo lo demás fue para Zizou.

El técnico francés se encontró con un Bernabéu predispuesto que le brindó una gran ovación cuando se pronunció su nombre por los altavoces. Después se dedicó a aplaudir todo lo bueno que hizo su equipo, que fue bastante.

Hoy para mí es otro reto, es importante estar aquí como estratega y lo quiero disfrutar. Agradezco al público, que ha sido recompensado con el triunfo y el esfuerzo del equipo, declaró Zidane en la rueda de prensa posterior al partido.

Vestido de elegante traje negro dio órdenes desde la banda, pero con la serenidad que se le conoce al personaje. Su nombre sonó en los altoparlantes del estadio Santiago Bernabéu luego de mayo de 2006, cuando jugó su último encuentro con la camiseta blanca. Ahora está en la zona técnica.

En lo táctico, el galo marcó distancias con Benítez: línea defensiva alta, subidas de los laterales, cuidado de la pelota, ataque por los costados. Muchas cosas que se atribuían a su admirado Carlo Ancelotti, de quien fue auxiliar en la temporada 2013-14.

El objetivo era intentar salir con el balón desde atrás y cambiar de lado rápido. Lo hicimos y lo vamos a mejorar, consideró.

Gareth Bale fue el jugador más destacado del Real Madrid, quien marcó un triplete, mientras Karim Benzema anotó dos goles.

Además, jugaron tres futbolistas que no estaban entre las preferencias de Benítez: Isco, James Rodríguez y Jesé, aparte de que dio la titularidad a Dani Carvajal en el lateral derecho por delante de Danilo, otra decisión del gusto de la hinchada.

Un detalle más: no cambió a Benzema, lo dejó todo el partido y el francés marcó su segundo tanto en el tiempo de descuento.

Con todos estos matices el conjunto merengue gustó mucho a sus hinchas, a juzgar por los aplausos.

Durante las recientes semanas, el estadio de los blancos era una tortura para técnico, jugadores y dirigentes. Se escuchaban abucheos a Benítez al inicio y luego había recordatorios para el presidente –Florentino, vete ya–, mientras se esperaba la primera oportunidad para criticar a los futbolistas.

El Madrid siempre tiene que ganar. Lo importante es la actitud; tenemos que mejorar muchas cosas y lo vamos a hacer. Hay tiempo para eso, declaró Zidane.

Por su parte, el Barcelona goleó 4-0 al Granada con triplete de Lionel Messi y un tanto del brasileño Neymar.

El duelo sirvió para comprobar cómo el astro argentino recupera su idilio con el gol. En dos partidos sumó cinco anotaciones: dos el miércoles ante el Español, en la Copa del Rey, y los tres de hoy. Este lunes es el máximo favorito para ganar el Balón de Oro.

El técnico azulgrana, Luis Enrique, atribuyó los éxitos de Leo a su personalidad y aseguró que durarán hasta que él quiera.

En otro encuentro, Sevilla se impuso 2-0 al Athletic de Bilbao, con lo que el conjunto andaluz ascendió provisionalmente a la sexta posición de la liga española.