Despojo y colonización en los mixes
Bodega de café. Foto: Teúl Moyrón |
Damián D. Martínez Vázquez
Los pueblos mixes de Oaxaca cerraron el año 2015 con dos acontecimientos que fueron noticia nacional e internacional. El primero sobre el plagio de la blusa Xaam nïxuy de Tlahuitoltepec por la diseñadora francesa Isabel Marant, que la comunidad calificó como “una apropiación que atenta contra la idea de lo colectivo, privatizando de esta manera la propiedad colectiva”, lo cual consideró “plagio del diseño”. Otro sobre el comercial de Coca Cola producido en Totontepec y retirado después de recibir muchas críticas y cuestionamientos por parte de organizaciones y personas ajenas a la comunidad, calificándolo de discriminatorio y racista, lo que provocó su retiro de los medios y las redes sociales. El acto de retirar el comercial no es de manera fortuita, también obedece al interés económico de la empresa, de lo contrario pierde clientes. Para ellos los pueblos son unos datos estadísticos más de las ganancias que les genera, pues en realidad no comparten la idea de la “unidad de los pueblos” que ocupan como lema en dicha publicidad. Ambas situaciones abren caminos como pueblos originarios para el análisis y la reflexión sobre el despojo de la propiedad colectiva y los actos colonizadores de las empresas transnacionales.
Estas acciones de despojo y de colonización pusieron en la mira a las comunidades mixes, levantando diferentes voces de solidaridad y apoyo en la defensa de la propiedad colectiva de los pueblos, tanto territoriales como culturales, algunas bien fundamentadas y otras menos, sin plantear soluciones contundentes de los productos de las grandes empresas que dañan a la comunidad y que son una práctica de dominación y engaño. Los afectados también respondieron a esta embestida de rapiña de las transnacionales, de acuerdo a las tradiciones locales de cada municipio. Por ejemplo, Tlahuitoltepec respondió de manera comunitaria y asamblearia a través de sus autoridades municipales como la máxima representación del pueblo. Mientras que en Totontepec, la comunidad se deslindó a través del síndico municipal de la edición final del spot, explicando que la empresa solicitó y realizó los tramites pertinentes con la autoridad municipal, que aprobó su realización. Aclara que el rodaje de la filmación se desarrolló con respeto y cordialidad de ambas partes y no hubo ninguna queja de los comuneros. Sin embargo, respetan aunque no comparten las opiniones vertidas de los diferentes sectores acerca de la producción del corto publicitario, solicitando el respeto y reconocimiento de la toma de decisiones de las autoridades y la comunidad en general.
2016 viene acompañado de grandes tormentas que van a golpear a los pueblos y naciones originarias de México y del mundo, que ya se están manifestando y si no se hace algo frente este embate se puede intensificar y después ser demasiado tarde. Lo cierto es que aún no existe un marco jurídico que defienda la propiedad colectiva de los pueblos y la regulación de las actividades de las empresas transnacionales que tienen presencia en los pueblos, como es la Coca Cola, porque les permite el libre mercado, lo que deja desprotegido a los pueblos.
|
Frente a ésta situación los pueblos tienen que tomar la decisión y empezar a discutir sobre la “materia de protección de los derechos colectivos, protección de la propiedad intelectual y biocultural, no sólo en los aspectos relacionados con las artes y las humanidades, sino también en el ámbito biológico y geográfico”, tal como lo plantean las autoridades de Tlahuitoltepec. La creación, el diseño de las propuestas y acciones tiene que avanzar desde la práctica comunal y autonómica de los pueblos. Es decir, germinar esta idea desde la periferia del Estado, desde los pueblos, desde abajo, para que permita defender los recursos naturales, territoriales y culturales, puesto que el Estado mexicano y sus reformas constitucionales están diseñadas para el exterminio de los pueblos. Hasta ahora no ha establecido los instrumentos y mecanismos efectivos y necesarios que se puedan usar en la defensa, al contrario ha consesionado las áreas naturales y territoriales a empresas mineras y transnacionales.
Empezar sobre las formas de defensa de los pueblos será un intento de ponerse frente a una realidad, y la posibilidad de evitar los despojos culturales, intelectuales, territoriales y de la naturaleza, descolonizar a los pueblos como parte del proceso para construir otros modos de vida, de relación y de consumo, y seguir resistiendo a la reproducción del pensamiento que niega y excluye.
Damián D. Martínez Vázquez, docente y documentalista mixe, es originario de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca. Trabaja en la Ciudad de México.