Sociedad y Justicia
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Los riesgos, falta de representación democrática y control de los grupos porriles, alerta

Insta la Asamblea General Politécnica a la comunidad a hacer suyo el congreso
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Un día de clases en la unidad Zacatenco del IPNFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Viernes 8 de enero de 2016, p. 33

El riesgo es que en el Congreso Nacional Politécnico (CNP) que refundará al Instituto Politécnico Nacional (IPN) la comunidad no sea representada democráticamente y que la controlen los mismos grupos cuyas decisiones llevaron a las situaciones contra las que se levantó el movimiento estudiantil de 2014, afirman cuatro representantes de la Asamblea General Politécnica (AGP).

Ante eso, “la comunidad del Poli debe hacer suyo el congreso”, coincidieron Diana Arely Zárate Ángel, de 29 años, alumna del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD); Fernando Téllez Córdova, de 22, alumno de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica unidad Azcapotzalco; Donovan Garrido, de 26 años, pasante de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura unidad Zacatenco, y Joel Guerra Castañeda, docente de la Escuela Superior de Economía.

Balance

En entrevista realizada en uno de los jardines del CIIEMAD, los representantes de la AGP hablaron de sus expectativas del CNP, del avance y los rezagos en el cumplimiento de los acuerdos que la asamblea firmó con el gobierno federal en 2014, de las negociaciones que sostuvieron el año pasado con Enrique Fernández Fassnacht, director general del IPN, para decidir la conformación de la comisión que organizará el congreso y de los cambios que han visto en el Politécnico luego del movimiento estudiantil.

En el instituto hay grupos de naturaleza muy diversa y algo que puede pasar es que intenten apoderarse de la comisión organizadora, del mismo congreso y que traten de poner una agenda. Que esto pase o no, es algo que dependerá de que la comunidad politécnica haga suyo el CNP, que es lo que la AGP espera, afirmó Diana Arely Zárate, ganadora del premio a la mejor tesis escrita en 2013 en el IPN.

Para Donovan Garrido, quien ha representado a su escuela en la AGP prácticamente desde el comienzo del movimiento estudiantil, otro de los riesgos es que en el congreso se impulse nuevamente el reglamento interno que echamos para atrás en 2014 o que se quieran legitimar reformas que han intentado en los años pasados, como las salidas laterales (permitir que los alumnos que no concluyan su carrera obtengan un título de técnico superior).

También, opinaron los jóvenes, hay grupos que “podrían presentar modificaciones a los artículos 5 y 6 de la Ley Orgánica que implicarían trastocar la gratuidad del IPN, cosa que intentaron en 2001; o pretender cambiar los objetivos del Poli, como el de generar profesionistas que impulsen el desarrollo del país, por algo como que nada más sepan mover máquinas”.

La AGP, aseguraron, quiere que el CNP mejore las condiciones del Politénico y su comunidad, tanto en lo que tiene que ver con el conocimiento como con la investigación científica y tecnológica, lo administrativo y las relaciones sociales. Queremos que mejore esto para nosotros y las futuras generaciones de politécnicos.

Sobre la eventual autonomía del IPN, Joel Guerra, dos veces ganador de la Presea Lázaro Cárdenas, máxima distinción académica que otorga el Politécnico, piensa que implica un riesgo y una oportunidad. Puede ser que alcancemos una autonomía autoritaria o una democrática. La AGP aún no define si la apoyará o no.

Lo que sí debemos impulsar en el congreso, porque es una de las peticiones del movimiento de 2014, es la democratización del IPN. Para que ésta sea total, hay que tocar la Ley Orgánica. Eso permitiría que la designación del director general la hiciera la comunidad politécnica, con algún mecanismo creado para ello, sostuvo Donovan Garrido.

Después del movimiento en el IPN ha habido algunos cambios. Ahora a los estudiantes se les prestan los auditorios y aulas para actividades culturales o políticas, cosa que antes era imposible. Y, tal vez más por temor a que se repita lo de 2014 que por vocación democrática, las autoridades toman en cuenta la opinión de los estudiantes antes de tomar decisiones.

Algunos acuerdos sin cumplir

Las autoridades del IPN han difundido que se han cumplido en alrededor de 70 por ciento los acuerdos firmados por la AGP y el gobierno federal, pero para la asamblea hay varios puntos olvidados. Citan la creación del organismo que sustituirá a la policía bancaria e industrial, algo que las autoridades tienen parado desde hace más de seis meses; que aunque se hicieron auditorías a las escuelas del IPN, los resultados completos de éstas no se dieron a conocer; o “la investigación sobre los grupos porriles que operan en el Poli que, según los acuerdos, se iba a hacer. Es algo que también está parado, a pesar de que los porros han actuado”, afirmó Donovan Garrido. Hace unas semanas, añadió Fernando Téllez, “los porros de 22 de febrero fueron a lanzar petardos a mi escuela. Lo hacen cada tres semanas”.

Consideran que uno de los logros de 2015 fue el acuerdo alcanzado con Fernández Fassnacht respecto de la formación de la comisión organizadora del Congreso. En vez de los 17 integrantes que al principio proponía el director, la AGP conseguimos una comisión de 214 representantes de alumnos, académicos, investigadores y trabajadores. Esa es la visión de la AGP: que la participación de la comunidad sea integral.