El trabajo de más de 160 artistas, creado en 65 años, se documenta en dos tomos del libro Mujeres del Salón de la Plástica Mexicana, publicado por el extinto Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta).

La finalidad de esa antología es ubicar a las creadoras en el lugar que les corresponde en la historia del arte nacional; también propone un recorrido a lo largo de casi un siglo de historia de la plástica mexicana, afirma el fotógrafo e investigador Armando Cristeto.

En ese ejemplar destaca la participación activa de las mujeres en el diseño de un nuevo discurso visual, al plasmar los acontecimientos históricos, políticos y sociales de la época, muchas de ellas influidas por los valores estéticos e ideológicos de la Escuela Mexicana de Pintura.

Testimonios de familiares y amigos

La labor fue extensa y de mucho esfuerzo, pero con resultados extraordinarios, explica Octavio Fernández, quien fue director del Museo Nacional de la Estampa y realizó la edición.

La investigación, prosigue Fernández, fue determinante para consolidar una memoria y una identidad que parece deleznable para la sociedad contemporánea, porque fue difícil encontrar datos, biografías y la labor que hicieron tantas mujeres y se había dejado en el olvido.

Por tanto, ese trabajo implicó una extensa búsqueda hemerográfica, bibliográfica y labor de campo, la cual integra testimonios de familiares y amigos.

El proyecto Mujeres del Salón de la Plástica Mexicana surgió en 2013, luego de la impartición de un taller de investigación documental en sesiones sabatinas con artistas e intelectuales de varias disciplinas.

De esa forma emergió el primer tomo, que reúne y ordena la información sobre vida y obra de las artistas para interpretar y aproximarse a su pensamiento.

El segundo tomo representa la continuidad de un largo proceso de rescate documental de la memoria histórica de las que han formado parte del Salón de la Plástica Mexicana a lo largo de 65 años de trabajo ininterrumpido, que se inicia con su fundación, en 1949.

Esta antología surge de la necesidad de documentar el trabajo de nuestras artistas, desde las fundadoras en 1949 hasta el momento actual. En el primer tomo se aborda el trabajo de 75 mujeres y en el segundo de 50, y creemos que sí se da cuenta de la totalidad de la producción de las artistas que han pertenecido al Salón de la Plástica Mexicana, señala Cecilia Santacruz, coordinadora general de la edición.

La escritora Francesca Gargallo, a su vez, comenta que toda esta diversidad ha dado continuidad a la vida del Salón de la Plástica Mexicana por más de seis décadas y se relaciona también con la pluralidad de dibujantes, con la variedad de pintoras, un sinfín de grabadoras y una multiplicidad de fotógrafas, que han generado los símbolos y las fantasías que nacen del estar aquí, de identificarse con una idea de pueblo y de manejar un sentir en las emociones.