La ciudad de México contará con nuevas normas para evitar que los grandes desarrolladores construyan en zonas de alta plusvalía sin autorizaciones o carentes de uso de suelo, vendan a un precio mayor al fijado para la vivienda de interés social y popular, además de obligarlos a cumplir con las medidas de mitigación con el fin mejorar el entorno urbano, afirmó el secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Felipe de Jesús Gutiérrez.

En la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se trabaja en la nueva Norma 26, que se estima saldrá en marzo, la cual busca evitar esta vez un mal uso, que llevó a su suspensión, y pretende comprometer al Registro Público de la Propiedad a no escriturar una vivienda con un costo mayor al definido.

Además de una mayor participación del Instituto de Verificación Administrativa y de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) en la custodia de folios para detener oportunamente los proyectos y sancionarlos de incumplir con la normatividad, señaló

Hasta el momento, precisó, suman 26 los juicios de lesividad interpuestos, aunque no se ha sancionado a ninguna desarrolladora, al encontrarse en distintos procesos de avance, pero una vez concluidos se determinará la infracción correspondiente.

La discusión central es dónde se aplica la Norma 26 y de qué monto se está hablando, a fin de promover la construcción de vivienda, evitar que la población se vaya a la periferia, a dos o tres horas de distancia, y proceder a los cambios de uso de suelo, cuando se justifique, indicó.

Las reformas de los artículos 41 y 42, que dan un carácter vinculatorio a la participación ciudadana, que decidirá la procedencia o no de un cambio de uso de suelo para instalar negocios de bajo impacto, como un consultorio o una lonchería, se prevé que también sean aprobadas en marzo.

Se trata, dijo, de una visión de reformas de todos los instrumentos de planeación y de la ley misma con base en la realidad que vivimos y a que tenemos una legislación que no es muy sólida en el tema de sanciones. Tenemos que rediseñarla apuntalando ese tema y los candados, para que su mala aplicación tenga consecuencias, pues aquí no cabe el viejo dicho de que vale más pedir perdón que permiso.