Dos recientes reformas constitucionales –la que da autonomía al Distrito Federal y la que permite quitar al salario mínimo ser referente de multas, pago de servicios y otras mediciones– siguen un lento camino en los congresos de los estados. Sólo tres legislaturas han votado la primera y dos la segunda, por lo que ambas medidas quedaron pendientes hasta febrero, cuando se reanuden sesiones.

Los senadores perredistas Dolores Padierna y Alejandro Encinas exigieron al gobierno federal, al PRI y al PAN no demorar la conclusión del proceso legislativo de ambas medidas.

Sólo dos legislaturas –Chihuahua y San Luis Potosí– aprobaron ya la que desindexa el salario mínimo, pese a que fue remitida a los congresos de los estados el pasado 19 de noviembre.

La reforma política del DF, aprobada el 15 de diciembre por el Congreso federal, ya fue votada por el estado de México, Coahuila y Nayarit; en este último caso, el pasado 31 de diciembre.

Algunas cámaras de diputados locales se dieron tiempo para aprobar otras leyes. La de Zacatecas la madrugada del pasado 27 de diciembre sesionó para aprobar un empréstito de 2 mil 50 millones de pesos al gobierno local.

Cuando se aprobó en el Senado la reforma política del Distrito Federal, el 15 de diciembre, Alejandro Encinas, de la bancada del PRD, expresó su deseo de que el gobierno de Enrique Peña Nieto le diera la misma celeridad que a la reforma energética, que, en días, pasó por los congresos de los estados.

Entrevistado ayer, dijo estar seguro de que algunos congresos locales votarán en contra, pues se ha venido dando una especie de corriente de opinión antichilanga basada en mentiras e infamias, con la vieja y falsa idea de que el centralismo es el DF y no el gobierno federal, y que se trata de una entidad subsidiada.

Sin embargo, el legislador expresó confianza en que por lo menos 17 congresos la ratificarán, y ojalá lo hagan en periodos extraordinarios.

El senador Encinas agregó que hay un problema serio de tiempo, ya que la reforma prevé que la elección de los constituyentes –que tendrán a cargo la primera Constitución de la Ciudad de México– sea en junio, por lo que el Instituto Nacional Electoral (INE) tendría que emitir la convocatoria en marzo.

Ello significa, expuso, que en los primeros días de febrero no sólo debe estar ratificada por 17 congresos, sino promulgada por el Congreso de la Unión, para que prácticamente al día siguiente el INE emita la convocatoria.

Detalló que el INE planteó que fuera concurrente con las elecciones internas de este año en varios estados, pero, agregó, no necesariamente tiene que ser así, ya que la reforma política del Distrito Federal puede tener su propia dinámica y concluir su ruta constitucional después de febrero.

Quien le apueste a ese retraso, se equivoca; de todas formas, lo mejor es que se acelere su paso por los estados y el PRI cumpla con su palabra, expresó.

En entrevista aparte, la senadora perredista Dolores Padierna formuló una exigencia firme y clara a PRI y PAN para que los congresos locales avalen la reforma sobre desindexación del salario mínimo, a fin de avanzar para que a corto plazo se decrete un minisalario equivalente a por lo menos una canasta alimentaria.

Sostuvo que se ha retenido en los estados por una maniobra burda de la derecha, tanto priísta como panista que de dientes para afuera dicen querer mejorar los salarios en México, pero en los hechos boicotean hasta el primer paso para mejorarlos, que es la desindexación del salario mínimo como unidad de medida.

Agregó que los gobiernos de PRI y PAN han mantenido los salarios mínimos como los más bajos del mundo y ahora retrasan en los congresos estatales la reforma constitucional que lo desindexa.