“Entre 2015 y 2016 existen los Sueños, título de mi nuevo disco, que saldrá a la luz pública a principios de año, luego de Caída libre, Wait for the Rain, en el que, literalmente, hago una incursión en el jazz, género que respeto mucho”, expresó en entrevista telefónica desde Guadalajara la cantante Jaramar.

Jaramar Soto es oriunda de la ciudad de México y cantante de música tradicional, compositora y pintora, además de escultora.

“Caída libre es un disco muy especial. Es una aventura que se volvió algo necesario. Sentía que hacerlo me iba a ayudar a crecer profesionalmente. Yo le tengo respeto al mundo del jazz. Lo conozco. Hay cosas que he escuchado siempre. Ha sido parte de mi entorno. Hasta que llegó el momento en que dije que había que hacer este álbum.”

Destacó que al realizar proyectos simultáneos o casi simultáneos la alineación del grupo prácticamente es la misma. Esto, precisó, ayuda a mantener una comunicación constante.

–Con su experiencia, ¿qué se requiere para cantar jazz?

–... No sé. No podría decirlo. Una canción de jazz no se aborda igual; lo mismo ocurre con las creaciones de George Gershwin o Thelonious Sphere Monk, o con la música veracruzana o de Oaxaca. En mi caso me di cuenta de que sí podía. Otro aspecto importante es que se trataba de cantar en un idioma diferente. Lo que quise fue crear un universo propio.

Encuentro de tres músicos y un repertorio

El grupo se llama Caída Libre Trío, proyecto que parte del encuentro de tres músicos y un repertorio: Gershwin, Monk, Rodgers y Hart, Garner y Burke, Brel, Leonard Cohen, Gainsbourg, Piaf, incluso Agustín Lara.

Jaramar lo considera una experiencia musical libre, de apropiación de un repertorio que, aunque parte de los clásicos del jazz, se extiende a otros géneros para recrearlos con un sonido fresco, íntimo y cercano. Son: Jaramar (voz), Alejandro Alfaro (guitarra) y Diego Martínez Lanz (contrabajo), quienes sí provienen del ámbito del jazz, y de la música popular y del rock. Juntos han decidido empezar esta caída libre, salir de su zona de confort y crear una experiencia musical que los lleve a un espacio que no habían probado, haciendo una música que refleja el camino recorrido por cada uno de ellos, pero que además representa un nuevo y emocionante reto.

Wait for the Rain salió al mercado bajo el sello Discos Intolerancia.

Jaramar agregó que las canciones de Caída libre han estado siempre ahí, desde que tengo memoria, desde los 11 años de edad. Recuerdo una maestra de danza y un maestro de música, joven en ese entonces, que tocaba jazz. Aunado a esto están los contactos en las reuniones familiares y las películas. Todo eso eran canciones que me sabía y cantaba. Así era la relación con el jazz.

–¿Habrá más discos de jazz, otra caída libre?

–¡No, no! ¡Oigo de todo tipo de música!

Seguirá promoviendo y cantando los temas de Caída libre, íntimo, para ver el interior de un cuarto por el espacio que apenas deja una rendija de la puerta de la recámara. El jazz para Jaramar es mostrar esa etapa de la vida de una niña, quizás a solas escuchando la radio, sumida en sus recuerdos.

En corto tiempo dará a conocer Sueños. “Tengo tres proyectos. El disco que apenas salió en octubre, con el Cuaerteto Barroco; mi trabajo personal con la música medieval, y Sueños, que está hecho con música original. En eso estoy”.

No es afecta a hacer balances anuales, de esos de palomita y tache. Eso es algo demasiado fresa y estéril. “No me agrada eso de los balances, pero sí sé que este año pasaron cosas muy importantes. Sueños es un proyecto extraño, para espacios alternativos”.

–Está bien tener sueños, no pesadillas.

–Bueno, unos llevan a las otras. Estoy muy emocionada. No hago balances porque siempre estoy haciendo cosas. A veces varias a la vez.