Ver qué demonios era la llamada colección fotográfica Carlos Monsiváis es la tarea que se impuso el curador Alfonso Morales al revisar la mayor cantidad posible de las más de 20 mil imágenes que, en algún punto de la investigación, se percató de que la formaban.

Pasado venidero, muestra que reúne unas 2 mil fotografías, se inauguró hace unos días en el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis.

Se trata de una tentativa a esa pesquisa. No es la primera vez que se revisa el archivo fotográfico del periodista y escritor, el más grande entre sus colecciones, pero sí es la primera aproximación a la parte resguardada en la que fue su casa”, expresó Henoc de Santiago, director del Estanquillo, en rueda de prensa.

En representación de la familia, Beatriz Sánchez Monsiváis expresó su beneplácito de que por primera vez la fotografía coleccionada por su primo sea tema de una exposición.

Con la apertura de Pasado venidero se cierra la serie de muestras que reunió el Festival CI México, con una reflexión sobre el coleccionismo.

Gusto ecléctico, sin límites

Además del abundante material, Morales se propuso estudiar la relación de Monsiváis con la fotografía y la imagen en general. Es decir, intentamos entender que lo que estaba en la colección era en cierta medida una prolongación de los intereses intelectuales respecto de la imagen y viceversa. En realidad es un diálogo entre el Carlos coleccionista y el Carlos escritor interesado en la imagen fotográfica, explicó.

Para el curador, se trata de entender el valor de la colección, no en términos de mercado, sino su potencial microhistórico y narrativo, pues está integrada fundamentalmente de documentos, más que de obra.

Itala Schmeltz, directora del Centro de la Imagen, recordó que la de Monsiváis es una colección hecha en mercados de pulgas, con cajueleros, material encontrado en casas, que respondía a una serie de inquietudes, búsquedas o caminos del escritor.

El de Monsiváis era un gusto ecléctico, sin límites, situación que se refleja tanto en la colección como en sus reflexiones sobre la fotografía, continuó Morales. Ordenar las ideas en relación con estos objetos y hacer que los documentos sigan hablando con Carlos es el objetivo que esperamos haber logrado.

Dividida en varios núcleos temáticos, la introducción a la muestra deja claro que hay muy distintas maneras de ver un documento fotográfico y que no necesariamente se trata de lo que se hace visible en la superficie.

Para Morales las dos procedencias principales de la colección son los archivos fotográficos de prensa o bien saldos extraviados de álbumes familiares. Se buscó no embellecer el material, sino depurarlo, en función del prestigio de ciertos autores, o la relevancia comercial, sin entender ese diálogo soterrado que se daba entre estos documentos todavía en proceso de clasificación.

Los núcleos temáticos van desde el retrato, incluso, postmórtem, la historia ilustrada, disidencias y alteridades, nación y nacionalismo hasta vidas de mujeres, material procedente de la XEW, también las mujeres detrás de la cámara.

(El Museo del Estanquillo se ubica en Isabel la Católica 26, Centro Histórico.)