El SHEE es un hábitat autodesplegable de 5.5 toneladas para entornos extremos
La casa prefabricada es capaz de viajar en una lanzadera para desplegarse en unos minutos nada más tocar suelo en otro planeta
El proyecto de más de 2 mdd, financiados por la UE, se probará por el momento en la Tierra, en entornos aislados y hostiles
, explicó una ingeniera francesa
Viernes 18 de diciembre de 2015, p. 2
Illkirch-Graffenstaden.
Es una especie de cápsula plegable, con dos camas, aseos y un sistema de reciclado de aire y agua. Los científicos europeos presentaron esta semana un prototipo de vivienda espacial, como las que podrían instalarse en el futuro en Marte o en la Luna.
El SHEE, acrónimo en inglés de hábitat autodesplegable para entornos extremos, es como una casa prefabricada de 5.5 toneladas, capaz de viajar en una lanzadera espacial para desplegarse en unos minutos nada más tocar suelo en otro planeta.
Puede albergar, en 17 a 18 metros cuadrados y 50 metros cúbicos a dos astronautas completamente autónomos durante dos semanas, explicaron sus diseñadores, que viajaron a Estrasburgo (este de Francia) para presentar su creación.
Este proyecto costó 2.1 millones de dólares, que fueron financiados en 75 por ciento por la Unión Europea (UE).
El prototipo no está pensado para instalarlo en Marte: ni sus paredes de fibra de vidrio y resina ni su impermeabilidad se ajustan a las normas de un viaje interplanetario. Tampoco está equipado con una esclusa de entrada y salida para las escafandras, algo indispensable para Marte, explica Jérémi Gancet, experto en robótica, quien trabajó en este proyecto para la compañía belga Space Applications Services.
Como consecuencia, por ahora se aspira a probar el SHEE en la Tierra, en entornos aislados y hostiles
, afirma Virginie Taillebot, ingeniera de Comex, empresa francesa especializada en tecnología submarina. Su trabajo consistió en contribuir en la regulación del agua, de la temperatura y de la atmósfera.
A prueba en España
La cápsula puede resultar útil, según Taillebot, en, por ejemplo, zonas golpeadas por desastres naturales, hasta las que puede transportarse por helicóptero.
Pero por encima de todo, lo que los diseñadores tienen en mente es el espacio.
En pocos meses el prototipo se instalará varias semanas en la zona de río Tinto, en Huelva, en el sur de España, para simular una experiencia en Marte.
Los creadores del SHEE confían además en que la Agencia Espacial Europea lo use para misiones de entrenamiento de sus astronautas.
Por su lado, la NASA investiga sobre módulos habitables, con la perspectiva de misiones a la Luna o a Marte, programadas para 2030. Proyectos complementarios, más que rivales
, según Gancet, ingeniero belga que esboza las eventuales condiciones para una aplicación espacial.
Habría que instalar –explica– varios módulos SHEE, conectados, para formar una especie de aldea en el planeta rojo, en el que los astronautas pasarían por lo menos unos meses. Habría que reflexionar sobre cómo colocar, a su lado, depósitos de agua y de comida, así como de energía suficientes para cubrir sus necesidades.