El acelerado crecimiento de Internet, aunado al desconocimiento de los riesgos inmersos en la red y su inserción en un mundo virtual, han provocado que los menores sean considerados vulnerables en sus derechos, porque debido a su inmadurez son incapaces de discernir entre el mundo virtual y el mundo real, sostiene la especialista María Belén Andreu Martínez.

Actualmente, las nuevas generaciones, a pesar de su corta edad, tienen acceso a la web por arriba de 80 por ciento.

Doctora en derecho, la investigadora –que habló en un foro sobre protección de datos personales de los menores organizado por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales en Guadalajara– sostuvo que en sus nuevas formas de socializar a través de la red, los menores no pueden calcular igual que un adulto las consecuencias, en este caso por ejemplo de ceder cierta información personal, y sobre todo no tienen la madurez para reaccionar frente a ciertos problemas.

A los riesgos de la pornografía infantil en la red y el ciber acoso se ha sumado la adicción. La investigadora presentó un estudio realizado en niños y jóvenes que revela que 63 por ciento de los encuestados contacta con extraños a través de la red y que uno de cada tres de los que contacta con extraños manifiesta que esta experiencia la percibe como dañina y muy desagradable.

Del total de la muestra, 58 por ciento ha estado expuesto a imágenes sexuales.

Andreu Martínez alertó sobre la importancia de crear una regulación para la protección de datos personales de los menores, además de que se evite el ciberacoso.

Destacó que Internet es un espacio que se ha desarrollado para alojar las expresiones de la sociedad, pero que lleva inmerso, en esa libertad, altos riesgos, especialmente para menores, por su relación con contactos que pueden poner en peligro su integridad física o síquica.