La Unión Europea (UE) está totalmente en contra de la pena de muerte –incluso uno de los requisitos para que las naciones formen parte de este comunidad es que hayan erradicado de sus legislaciones el castigo capital–, por lo que los recientes hechos terroristas en París y en otros países no tienen por qué cambiar esta concepción, este avance. Así lo señalaron anoche la jefa de la delegación adjunta de la UE, Immaculada Roca, y el embajador de Italia en México, Alessandro Busacca, en una conferencia que dictaron en el marco de la Jornada mundial de ciudades por la vida: Ciudades contra la pena de muerte, que se efectuó simultáneamente en varios países. Busacca dijo que en los actos de terrorismo y en los del narcotráfico participan mayoritariamente jóvenes, y sorprende de éstos la falta de sensibilidad por la vida. Sin embargo, se debe trabajar en la concientización sobre la verdadera naturaleza de estos actos, para evitar que modifiquen la percepción de los ciudadanos sobre la pena capital. Esto es porque se ha demostrado que ese castigo no inhibe los actos delictivos o beligerantes; los países que lo aplican suelen emplear esquemas de justicia sesgados, discriminatorios y en ocasiones como penas políticas.