Si no aprietas, te van a detener la pelea, le dijeron a Francisco Bandido Vargas mientras del pómulo derecho le manaba abundante sangre y el párpado de ese mismo lado tenía un tajo.

Había estado a punto de noquear al campeón japonés Takashi Miura en el primer episodio el sábado 21 de noviembre en Las Vegas –pelea prestelar a la de Saúl Canelo Álvarez vs Miguel Cotto–, pero en el cuarto capítulo el mexicano cayó por un poderoso golpe y en el octavo trastabilló de nuevo. Además, la pelea ya estaba bajo control del japonés y Vargas tenía el rostro con heridas serias.

El Bandido salió a pelear para salvar lo poco que tenía y, como en un guión de mala película, donde el que va perdiendo da vuelta a la historia, noqueó a Miura en el noveno episodio y le arrebató el campeonato pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Miura se me vino encima y me tiró con todo, yo lo esquivé y ahí se quedó vacío, cuenta. “Yo dije: ‘este güey ya se cansó’. Cuando lo tiré y lo vi lastimado, pensé: ‘a este ya no lo suelto’, y me fui encima hasta rematarlo”.

No cualquier boxeador sabe pelear con todo en contra. El Bandido lo hizo sin perder la confianza y sin alarmarse por su aspecto sanguinolento. En el fondo había un asunto de pudor deportivo y nacional que lo empujó a pelear con las reservas que le quedaban.

Miura ganó el campeonato al noquear al mexicano Gamaliel Platano Díaz, a quien derribó en cuatro ocasiones y derrotó a otros cuatro de México.

Vargas no quiso terminar en la lista de Miura y lo detuvo con golpes insistentes y el orgullo por delante. No me siento un héroe por como acabó la pelea, explica. No soy más que un trabajador que lucha por dar lo mejor a su familia, que quiere un mejor nivel de vida para sus hijos.

El Bandido recibió la mejor paga de su carrera. Muy buena, pero no como para desbordarse en excentricidades. Vargas vive, y no piensa mudarse, en Ecatepec, y conduce un auto compacto.

De todos modos los lujos y la fama no son para mí, asegura. Sé lo que ocurre en la vida de los boxeadores cuando ganan dinero, pero yo vivo en un círculo muy pequeño de personas y así quiero quedarme.

El Bandido espera conseguir mejores ganancias. No es lo mismo pelear como retador que como campeón.

La idea de que su pelea opacó la de Álvarez y Cotto lo tiene satisfecho, además de que es candidata a una de las mejores de 2015.