A pesar de que las fuerzas progresistas en México tuvieron en las tres décadas anteriores momentos de desempeño notables, la izquierda no pudo dar el salto a la conquista del gobierno, como sí lo hicieron los movimientos democratizadores en otros países de Latinoamérica. Cuauhtémoc Cárdenas, ex dirigente del PRD y ex candidato presidencial, protagonista de una de esas etapas del pasado reciente, explica, en entrevista, por qué el PRI sigue siendo una fuerza hegemónica.

Lo que sucedió en 1988 y en 2006 es que los otros demostraron ser más fuertes. Y siguen. Lo estamos viendo con los cambios en las políticas del Estado y las regresiones en el terreno constitucional.

A dos meses del lanzamiento del proyecto Por México Hoy, que él encabeza, la iniciativa ya produjo 15 documentos de discusión que proponen nuevos enfoques para abordar los problemas grandes y chicos del país y que pasan por temas como la pobreza y la desigualdad social, la economía que no crece, la violencia generalizada, el narcotráfico, el desprestigio de las instituciones públicas y privadas y el descrédito general de la política.

En semanas recientes, Cárdenas expuso el proyecto Por México Hoy y sus objetivos en el Congreso de Ciencias Sociales de Latinoamérica y el Caribe (Clacso), en Medellín, Colombia.

En charla con La Jornada, admitió que una iniciativa de estas es difícil de entender para los colectivos y sectores políticos, porque todos los movimientos recientes se hacen en el contexto de una candidatura presidencial. Pero esto no ha logrado realmente cambiar las cosas, por razones conocidas. Por eso buscamos esta vía.

Y esa vía no es sólo un ejercicio académico. Tampoco es un proyecto electoral. Es una iniciativa política que busca crear una ola de movilización lo suficientemente fuerte para generar condiciones para un nuevo constituyente.

Pero al margen del debate sobre la Constitución, algo que tendría que lograrse urgentemente, es evitar que en lo electoral siga habiendo dinero sucio; impedir que los funcionarios metan la mano fuera de lo legal. Las impugnaciones recientes a los resultados de comicios no han estado en la forma en que se han contado los votos; han estado bien contados, a diferencia del 88. Pero hay otras irregularidades: injerencia de funcionarios, dinero sucio o ilegal evidente, una legislación electoral demasiado suave en cuanto multa, pero no cancela supuestos resultados fraudulentos.

–Analistas e investigadores han documentado estadísticamente la infiltración de dinero del crimen organizado en estructuras del Estado, principalmente en municipal. ¿Se está tomando en serio este problema?

–Hay que cambiar las formas de enfrentar al crimen organizado, entendiéndolo en primer lugar no como un fenómeno aislado, sino como algo relacionado con el desempleo, con la caída del ingreso en la mayoría de la población, con que la economía del campo es un desastre; la falta de oportunidades de los jóvenes. La forma de enfrentarlo debe vincularse con las políticas de educación, de generación de empleo formal. La sociedad en su conjunto debe participar en este combate. Se debe limpiar todo el sistema de corrupción en el sistema judicial.

“En lo internacional, Estados Unidos no cambia sus políticas de combate a la delincuencia, y no hablo de legalización de las drogas; si ahí no agarran nunca a nadie, y aquí se supone que detienen a los supuestos capos, es ahí donde se hace el negocio, pues es evidente que algo no funciona.

Además tendría que sacarse a las fuerzas armadas del combate a la delincuencia. El Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea no deben hacer funciones de policía. La consecuencia de meter al Ejército en este combate ha sido que los militares están haciendo una tarea que no les corresponde, para la cual no están suficientemente entrenados y eso atropella el texto constitucional. Por otro lado, al tener contacto con las distintas formas del narcotráfico, hay contaminación de las fuerzas armadas, por razones lógicas.

–¿Hay diferencias o continuidad entre la estrategia con la que Felipe Calderón abordó el narcotráfico y como lo está haciendo Enrique Peña Nieto?

–Yo veo más o menos lo mismo. Aunque casi todos los días se detiene a algún capo, inmediatamente lo sustituyen sus segundos y siguen las cosas igual. Lo único que vemos es que aparecen siempre muchos grupos nuevos.

Pretenden converger con grupos como el de Raúl Vera

En el proyecto de avanzar hacia una nueva Constitución, explicó que se pretende una amplia pluralidad: No nos dirigimos a un solo grupo político. Buscamos coincidencias amplias, sin pretender participar en lo electoral, que sería un factor de división.

Aclara que ha habido acercamientos con otras fuerzas que desde otras trincheras impulsan también una nueva Constitución. Es el caso de la iniciativa Constituyente Alternativa Popular que impulsó el obispo de Saltillo Raúl Vera y que ha logrado a lo largo del año ampliar su base: Estamos en contacto con estos grupos. Seguramente estaremos en esfuerzos no sólo paralelos sino convergentes, complementarios. Pero nuestro objetivo es no sólo lograr un texto, sino una ola social que empuje ese cambio.