La violencia que se experimenta en el país ha incrementado las agresiones de género, incluido el tráfico y explotación sexual, aseguró Alejandra Toriz, dirigente de la organización Pan y Rosas México.

En el Primer Encuentro Nacional de Mujeres, Toriz indicó que en México se cometen en promedio siete feminicidios al día, y destacó que como parte del entorno de precarización de las condiciones laborales, las mujeres ocupan 70 por ciento de los trabajos mal pagados, sin prestaciones e informales.

En vísperas del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el próximo 25 de noviembre, destacó que otra de las problemáticas a las que se enfrenta el sector es el acoso laboral. Un estudio del Colegio Jurista indica que 1.4 millones de mujeres lo padecen y su agresor tiene un perfil definido: hombre de más de 40 años de edad, casado, con una vida sexual y familiar insatisfactoria, con necesidad de autoafirmarse y controlar.

ONU Mujeres indica que la violencia de género sigue siendo una pandemia global, que ocurre en espacios públicos y privados. En el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de su pareja, ya sea en el hogar, en la calle o en conflictos armados.

En 2012 en uno de cada dos asesinatos de mujeres, el responsable fue un compañero sentimental o un familiar.

Aunque dos terceras partes de los países han prohibido la violencia doméstica, sólo 52 por ciento han penalizado explícitamente la violación en el matrimonio.

Al encuentro realizado en la sede de la sección 9 del CNTE acudieron más de 200 estudiantes, maestras de educación básica, media y superior, trabajadores fabriles, amas de casa y defensoras de los derechos de las mujeres provenientes de todo el México.

Toriz indicó que pese a que ha habido avances legislativos, como la aprobación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y el establecimiento de la alerta de género, las agresiones siguen una tendencia creciente.

No se puede entender el aumento de la violencia en contra de las mujeres sin las condiciones estructurales que la permiten, sin la complicidad gubernamental no podrían operar tantas redes de trata y de prostitución, criticó y llamó a hacer efectivas las medidas para frenar este fenómeno.

En el encuentro participaron trabajadoras en lucha de la fábrica Sandak en Tlaxcala; obreras de la maquila de Ciudad Juárez; trabajadoras de gasolineras; Norma Andrade, fundadora de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, e Irinea Buendía, luchadora contra el feminicidio, ambas madres de víctimas de este delito.También estuvo presente Andrea D’Atri, fundadora de Pan y Rosas en América Latina y académica de la Universidad de Buenos Aires.