Texcoco, Mex.

El rector de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), Sergio Barrales Domínguez, señaló que instituciones, productores y empresas mexicanas deben enfocarse en el mejoramiento de variedades de maíces criollos con los que fácilmente se podrían obtener 23 millones de toneladas, de lo contrario el país seguirá dependiendo de Estados Unidos para la compra de alimentos y granos.

Consideró que no es recomendable que se permita la siembra de transgénicos en el país, pues la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura declaró a la comida mexicana patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, lo que obliga a incluir la materia prima con la cual se elaboran los alimentos.

Al participar en el foro sobre organismos genéticamente modificados (OGM), señaló que ante las políticas instauradas por Estados Unidos, México debe aprovechar la biodiversidad de maíz que se tiene.

Es importante diversificar el ciclo de producción, desde la siembra hasta la comercialización, para no conformarnos sólo con el papel de consumidor. Es importante promover la producción de nuestros maíces, y eso significa desplazar la posibilidad de que sea transgénico o introducido por las trasnacionales. Para el país no es viable que se permita la siembra de transgénicos, dijo.

Lucha entre bloques comerciales

Luis Alberto Aguirre Uribe, investigador de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, afirmó que existen científicos a favor y en contra de los transgénicos; sin embargo, lo más importante es entender que el problema radica en los dos bloques comerciales internacionales que luchan por el poder y el control.

“Si los transgénicos son buenos o malos no lo sé, pero se debe realizar más investigación, porque todo tiene que estar basado en principios científicos, hay que permitir que se haga ciencia para obtener respuestas a todas las preguntas en el tema de los transgénicos “, indicó.