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El rezago cómplice

E

n días pasados la Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgó amparos para producir, cultivar y utilizar mariguana con fines recreativos. El fallo se circunscribe a cuatro personas que interpusieron un amparo ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, por lo que no se autorizó el comercio, suministro o distribución, pero sí hace posible la legalización en el ámbito constitucional, en caso de que el tema sea discutido y la decisión sea reforzada con una estrategia.

Aguascalientes no se caracteriza por tener un Congreso dispuesto al debate, y en los temas candentes no llega a resolución alguna. Los ejemplos más claros son el freno a la tipificación del feminicidio como delito autónomo y la homologación del matrimonio igualitario de conformidad con la resolución de la Suprema Corte, la cual considera inconstitucional cualquier ley que impida la unión civil por preferencias sexuales.

Esto indica que el tema de la legalización, así sea con fines medicinales, como ha planteado el Partido de la Revolución Democrática (PRD), será sumamente difícil de llevar a tribuna. El grupo del Partido Acción Nacional en el Senado tiene una postura ambigua, pero se dice abierto a debatir, declaración que deja mucho que desear, pues es obvio que de cualquier grupo político se espera que debata a fin de llegar a una resolución. Sin argumentos a favor o en contra, será difícil plantearlo.

El Partido Revolucionario Institucional tampoco ha dado su opinión; la dirigencia local sólo se dijo confundida por la ampliación de libertades para el individuo. Nada más.

El PRD asegura tener interés en interponer 32 amparos, uno en cada entidad, con el objetivo de que se aprueben al menos cinco para sentar jurisprudencia y se discuta una reforma legal. Además, ha planteado la legalización del uso de la mariguana y derivados con fines medicinales, algo que el gobernador también considera posible.

Lo cierto es que ningún partido ni sus representantes han propuesto algo en firme; los comentarios han sido de pasillo y es de esperarse que este planteamiento tampoco sea debatido. Vivimos en la entidad un rezago que se parece mucho al silencio cómplice.