Belek, Turquía.

Con una condena a los atroces atentados del viernes pasado en París y un llamado a adoptar medidas para cortar los ingresos financieros y restringir la libertad de movimiento a los extremistas, así como contribuir a gestionar la crisis de refugiados en Europa, terminó aquí este lunes la cumbre del Grupo de los 20 (G-20).

Este mecanismo de países industrializados y emergentes, integrado por 19 naciones más la Unión Europea, resolvió que las medidas concretas a aplicar contra el terrorismo serán, además de atacar las fuentes de financiamiento, aumentar el control en las fronteras para evitar que los extremistas que van a entrenarse con los grupos armados en las naciones en guerra de Medio Oriente vuelvan luego a sus países y representen una amenaza.

Asimismo, se reforzarán los controles en aeropuertos y se duplicarán las partidas presupuestarias para fortalecer la seguridad en éstos. Los servicios de inteligencia cooperarán de manera más estrecha y se ampliará la lucha en Internet contra la propaganda terrorista.

Los miembros del G-20 acordaron que el desafío no puede ser abordado solamente desde un punto de vista militar, sino con un sinnúmero de medidas.

Los líderes del G-20 llamaron este lunes a todos los países a contribuir a gestionar la crisis de migrantes a que hace frente Europa, al término de su cumbre de dos días en Antalya, Turquía. Es decir, a repartir la carga que implica, sobre todo en la distribución de refugiados, los derechos de entrada humanitaria y la ayuda, según la declaración final del encuentro.

En el texto se pone énfasis en la importancia de la crisis actual de refugiados como preocupación mundial y la necesidad de dar respuesta coordinada y a largo plazo.

La UE, que desde hace meses vive la llegada masiva de migrantes, en su mayoría de Siria, está negociando con Turquía y las naciones fronterizas para que los retengan en sus territorios a cambio de ayuda financiera. En Turquía se calcula que hay 2.2 millones de refugiados sirios.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que no descarta una mayor intervención militar de su país contra el Estado Islámico (EI) en Siria, aunque subrayó que apuesta por una salida negociada sobre la base del proceso de paz propuesto el pasado fin de semana en una conferencia en Viena, tras participar en la cumbre del G-20.

Merkel no comentó la posibilidad de un mandato de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para una intervención internacional en Siria con participación del ejército alemán. Por el momento soldados alemanes están entrenando a militares en Irak para combatir al EI y con eso ya hay bastante tarea por delante, subrayó.

El presidente ruso, Vladimir Putin, indicó que los ataques del viernes en París muestran que Rusia tenía razón en su plan de querer organizar una amplia coalición global contra los grupos extremistas.

Putin criticó que Francia estaba entre los países que adoptaron una postura muy dura sobre el futuro del presidente (sirio, Bashar) Al Assad. Nuestros amigos dijeron todo el tiempo que la salida del mandatario debía ser una condición previa para los cambios políticos.

A su vez, el primer ministro británico, David Cameron, afirmó que las fuerzas de seguridad e inteligencia de Londres impidieron siete atentados en los pasados seis meses. Dijo a la BBC Radio 4 que eran células que operan en Siria, que están radicalizando a la gente en nuestros países, enviando potencialmente a gente para cometer ataques.

Mientras, en París, Londres, Berlín, Madrid y Roma, entre otras ciudades europeas, así como Nueva York y Río de Janeiro, se guardó ayer un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de los atentados de París. Incluso, el alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, dio a conocer la creación de un grupo especial contra el terrorismo, que por el momento se compone de 110 policías entrenados.

También el Consejo de Seguridad de la ONU guardó un minuto de silencio al iniciar su sesión este lunes.

La UE convocó al homenaje, y urbes de América y África se sumaron a la iniciativa.

En tanto, el primer ministro francés, Manuel Valls, dijo que la Conferencia de París sobre el clima se limitará sin ninguna duda a las negociaciones y se anularán conciertos y eventos festivos tras los atentados del viernes. El encuentro se llevará a cabo del 30 de noviembre al 11 de diciembre.