En los antros y bares nocturnos, las propinas son el principal y verdadero sueldo de los trabajadores.

Sólo que a los meseros los patrones nos quitan un porcentaje muy alto de las propinas que recibimos, incluso más que en un restaurante o cualquier otro establecimiento de venta de alimentos preparados. Aunque no lo crean, a mí me piden que entregue un monto equivalente a 14 por ciento del total de las ventas diarias, señala Manuel, quien labora en un establecimiento que cierra por lo general a las cinco o seis de la mañana.

Indica que prácticamente el total de las propinas que recibe las tiene que entregar al gerente del establecimiento; no son para él, son para repartirse. Pero las cuentas las hacen ellos y nos dan lo que quieren. De sueldo, prestaciones o contratos, ni hablar. De entrada les hacen firmar una carta en blanco, los afilian a un supuesto sindicato, pero no al Seguro Social, y desconocen si tienen derechos laborales.

A pesar de todo, sigue trabajando ahí. En estos sitios, los meseros tienen que actuar con cierta malicia, trucando precios y hasta inflando la cuenta de aquellos clientes que se encuentran en evidente estado etílico, pues en esos lugares las empresas les expropian un monto equivalente hasta a 14 por ciento del total de los consumos que atendieron plantean los investigadores Angela Giglia, de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, y Jorge Robles, del Frente Auténtico del Trabajo.