La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó nuevas iniciativas presentadas por el gobierno de México y otros países respecto del desarme nuclear, entre ellas la de dimensión ética para alcanzar un mundo libre de armas atómicas.

La cancillería informó ayer que dichas iniciativas fueron elaboradas y promovidas por el gobierno mexicano, en coordinación con Austria, Irlanda y Sudáfrica, con apoyo de más de dos terceras partes de los estados miembros de la ONU.

Otras iniciativas son impacto humanitario de las armas nucleares y avance en las negociaciones multilaterales en materia de desarme.

Explicó la dependencia que la adopción de estas resoluciones en la Asamblea General de la ONU es muy importante, dado que hasta la fecha estos asuntos estaban fuera de la agenda de este organismo.

Además representan, refirió, un cambio de paradigma en las discusiones sobre las armas nucleares, que estaban concentradas en cuestiones de seguridad militar, y se trata de un impulso a las negociaciones multilaterales en materia de desarme.

La Secretaría de Relaciones Exteriores señaló que las nucleares son las únicas armas de destrucción masiva que no son objeto de una prohibición expresa en el derecho internacional y se presume que en la actualidad existen a nivel mundial, unas 16 mil de ese tipo, de las cuales muchas se encuentran en alto estado de alerta operativa.

Por otra parte planteó que México es reconocido como líder en materia de desarme nuclear por su activismo histórico en la promoción de iniciativas para prohibir y eliminar este armamento, por lo que la aprobación de estas iniciativas es un reconocimiento de la comunidad internacional a acciones que impulsa nuestro país y otros afines en este tema.

Los dictámenes tienen fundamento en los resultados de las conferencias internacionales sobre el tema.

Destaca particularmente las realizadas en 2014 en el estado mexocano de Nayarit y la ciudad de Viena, Austria, en las que la mayoría de países consideraron que las armas nucleares no deben ser empleadas de nuevo, bajo ninguna circunstancia ni por algún actor, debido a las consecuencias catastróficas que esto tendría en materia humanitaria, de medio ambiente, ecosistemas, cambio climático, salud global y desarrollo.