El Querétaro quedó sin posibilidades de avanzar a la fase final por el título
Emanuel Villa empató, pero de inmediato Daniel Ludueña hizo un golazo que dio la victoria a los auriazules
Lo importante es no relajarse, advirtió el delantero Eduardo Herrera
Lunes 9 de noviembre de 2015, p. 2
Ya nadie puede tirar de la cima a los Pumas. La penúltima jornada fue un cierre que parece salido de un ensayo, con dosis de drama, clímax y catarsis, donde los universitarios vencieron 2-1 al límite del final a unos Gallos Blancos siempre a punto del empate. Tardaron 24 años, pero los de la Universidad Nacional Autónoma de México llegaron otra vez como líderes indiscutibles a la liguilla.
La victoria no pudo ser más teatral: después de un efímero empate que consiguió Emanuel Villa, pasaron 60 segundos para que Daniel Hachita Ludueña encajara la pelota dos minutos antes de que se agotara el tiempo reglamentario.
Los Pumas llegaron a esta fecha con el ánimo en alto y la autoestima en su mejor forma, conscientes de que lideraban la tabla general y de que con otro triunfo en casa llegarían a 34 puntos, ya inalcanzables para su seguidor, el Toluca (29).
Tal vez fue esa ausencia de presión lo que hizo que se reblandecieran por momentos. Los universitarios abrieron el marcador al minuto 27, cuando en el cobro de una falta Luis Quintana cabeceó en picada para anotar. Ya con la ventaja y la sensación de que se enfilaban a lo más alto de la tabla, dejaron que los Gallos Blancos crecieran, en su ambición de colarse a la zona que clasifica a liguilla.
Los locales, que mostraron precisión y un despliegue sincronizado que tuvo desconcertado al rival durante gran parte de la primera mitad, empezaron a volverse erráticos. Llegaban tarde o se precipitaban al deshacerse del balón. Entonces los disparos del Querétaro comenzaron a repetirse, a ser cada vez más frecuentes y el arquero Alejandro Palacios se notaba más en el juego. A punto de irse al medio tiempo, el Pikolín tuvo que volar para evitar el empate de Orbelín Pineda.
Radical cambio
El descanso operó un cambio importante en los Gallos Blancos. Víctor Manuel Vucetich debió decirles las palabras adecuadas para despertar a ese equipo que parecía sumido en un letargo y lo único que alcanzaba a operar con más o menos eficacia era la defensa.
Édgar Benítez mandó el primer aviso de que lo que seguía no iba a resultar cómodo para los universitarios. La pelota se estrelló en el palo izquierdo y los auriazules sólo bufaron incrédulos de que el poste los hubiera salvado del empate.
Para ese momento los Gallos eran un bloque incontenible que acechaba el marcador cada vez que la pelota llegaba a sus botines. George Corral estrelló otro disparo y Mario Osuna lo mandó al travesaño. Los Pumas no sabían cómo detener a esos insolentes que en la primera parte parecían presas del miedo.
Guillermo Vázquez, entrenador de Pumas, decidió meter a Javier Cortés y el conjunto local empezó a recobrar presencia.
Pero los visitantes no estaban para volver a permitir que los redujeran y el partido se volvió un duelo intermitente, donde por momentos los de Querétaro parecían más decididos a arrebatar el empate.
Vucetich echó mano de su chistera y el truco casi le salió, ya que al meter a Sinha el equipo se volvió más peligroso y el volante estuvo a punto de anotar en un par de ocasiones apenas minutos después de pisar el césped. En el primero obligó a Pikolín Palacios a lucir sus habilidades de guardameta. En la segunda –esa fue inexplicable–, Sinha disparó y la pelota a punto de entrar fue echada con la cabeza por Alejandro Castro, quien sólo alcanzó a sonreír a sus compañeros, confundidos por lo que acababan de ver.
Los Pumas volvieron a buscar el arco, pero con errores inexplicables. Sosa de pronto no atinaba el centro a Eduardo Herrera; éste no lograba darse la media vuelta a tiempo o estrellaba en el poste. Y el Querétaro no dejaba de amenazarlos, hasta que al minuto 87 Emanuel Villa le pegó al travesaño, pero la pelota picó caprichosa y coronó por fin el empate.
Los universitarios trataron de meterse de nuevo en la pelea. Y 60 segundos más tarde, el Hachita Ludueña hizo lo que sabe: sorprender. La pelota entró de una manera que mereció el alboroto del estadio de Ciudad Universitaria, mientras los jugadores visitantes se postraron con lamentos por quedar fuera de la liguilla.
Con el América se juega el orgullo
Herrera no eludió el placer que implica estar hasta arriba en el torneo y llegar de esa manera a la liguilla, además de asegurar su participación en la Copa Libertadores el próximo año. Lo que refleja la tabla es lo que mayor satisfacción les provoca.
El equipo se ha encontrado, se ha afianzado, así indica la tabla
, dijo el goleador. Lo importante es mantener este ritmo y no relajarse, por más que se haya asegurado el liderato y clasificado; tenemos ahora un partido importante con el América, donde se juega también el orgullo y la liguilla
.
Falta un partido y será contra el América, como si fuera la oportunidad de coronar una temporada de ensueño. Avanzar como líderes, llegar a Libertadores y aniquilar al mayor rival es la ecuación perfecta para los universitarios.
Después del partido, la policía informó que hubo saldo blanco y se detuvo a 20 personas relacionadas con distintas faltas, como reventa, pirotecnia y beber alcohol en la vía pública.