El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, dijo ayer que se han incrementado las quejas que recibe por tratos inhumanos y uso excesivo de la fuerza por parte de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), las policías y la milicia en contra de los migrantes.

Al clausurar la Conferencia La política migratoria mexicana hacia Centroamérica, puntualizó que en 2014 se presentaron 548 inconformidades y 670 en lo que va de 2015.

Señaló que ha recibido 20 quejas en contra de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), por no otorgar información a los indocumentados para ser objetos de asilo, y falta de sensibilidad para detectar necesidades de refugio.

Frente a académicos e integrantes de organismos sociales reunidos en el Museo Memoria y Tolerancia, agregó que el Estado mexicano ha suscrito los principales tratados internacionales en materia de derechos humanos, lo que le obliga a actuar en defensa de las garantías individuales de los migrantes.

Para lograr que verdaderamente se observen estos derechos, es necesario un cambio estructural en la ideología colectiva con relación a los indocumentados, pues las violaciones no sólo las comete la autoridad, sino también los particulares.

De igual manera, consideró necesario contar con servidores públicos conocedores y sensibles de las garantías que tienen aquellos que se encuentran en un contexto de movilidad.

Durante el acto, organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), el Colegio de la Frontera Norte y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), el titular de la CNDH señaló que la política pública para la protección de los migrantes es un proceso inacabado, una actividad del Estado que no termina por construirse.

A su vez, el académico del CIDE Carlos Heredia informó que en los últimos 12 meses, México ha deportado más centroamericanos que Estados Unidos. El primero repatrió 150 mil y el segundo 120 mil, lo que refleja el aparato de contención que han aplicado las autoridades mexicanas. Estas cifras casi duplican las de 2013, cuando se registraron 86 mil, enfatizó.

Agustín Escobar, director general del CIESAS, dijo que no debe permitirse que en el país surja una retórica en torno a que los indocumentados de América Central amenazan el empleo de los mexicanos, pues es pequeño el grupo que permanece en territorio nacional. En 2010 había 32 mil guatemaltecos, 8 mil 800 salvadoreños y 9 mil 980 hondureños.

El presidente del Colegio de la Frontera Norte, Tonatiuh Guillén, preguntó si la política de contención de México no está distorsionando la histórica relación de solidaridad y de compromiso que ha tenido con Centroamérica.