Vecinos, trabajadores y viajeros del AICM, afectados
Martes 3 de noviembre de 2015, p. 32
Los gases que se acumulan en el relleno del Bordo Poniente y la inadecuada operación de los desechos orgánicos para convertirlos en composta generan un olor fétido que llega a la zona metropolitana del Distrito Federal, sobre todo perceptible en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), donde todos los días concurren, en promedio, 250 mil personas –entre pasajeros y visitantes–, así como más de 25 mil trabajadores de diferentes instituciones y empresas. Y si bien el hedor –según especialistas– no es tóxico, llega a provocar náuseas, comentaron varios de ellos.
El problema obligó a las autoridades a colocar aromatizantes eléctricos en las instalaciones aeroportuarias, que en periodos de 20 a 30 minutos desprenden fragancias, aunque son insuficientes para eliminar el tufo.
El Bordo Poniente comenzó a funcionar a mediados de los años 80, a unos cinco kilómetros de las pistas del aeropuerto y fue clausurado hace cuatro años, pero con el tiempo se acumularon millones de toneladas de desechos. Las filtraciones de lixiviados (líquidos producto de la descomposición de la basura) y los desperdicios que no han sido completamente cubiertos con tierra provocan el mal olor.
Habitantes de barrios aledaños al AICM, como el Peñón de los Baños, los Arenales y Aragón, coincidieron en que el hedor a huevo podrido
se propaga en la mañana y en ocasiones es tan fuerte que aun con ventanas cerradas se filtra en los hogares. Vecinos de las colonias Pantitlán, en Iztacalco, y El Sol, en Ciudad Nezahualcóyotl –también cercanas al aeropuerto capitalino– comentaron que en ocasiones se forma una densa neblina por la noche.
Sergio Revah Moiseev, investigador del Departamento de Procesos y Tecnología de la Universidad Autónoma Metropolitana Cuajimalpa, explicó que los olores, gases y vapores que se generan por la fermentación de la basura llegan hasta el aeropuerto por las corrientes de aire frío y aumentan dependiendo del estado del tiempo.
Expresó que deben realizarse procesos más eficientes para manejar la basura. Se pueden mejorar reduciendo las áreas de exposición al aire, tapándolas con tierra para que absorban los olores
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Para el especialista Héctor Mario Poggi-Varaldo, adscrito al Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, hay maneras más productivas de lidiar con la basura, que son las biorrefinerías. La basura se somete a procesos biológicos que nos dan, entre otros, bioenergías (combustibles). Esta sería la respuesta en un futuro, para transitar hacia la gestión sustentable de basura urbana orgánica y de gran cantidad de desechos industriales y agropecuarios, y nos liberaría de buscar desesperadamente un sitio para hacer rellenos sanitarios
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