Un total de 72 árboles, entre fresnos, cedros, jacarandas y palmas con más de 100 años de antigüedad, están en riesgo de ser talados ante la intención de ampliar Galerías Insurgentes y Liverpool hacia el predio ubicado en la calle Oso 51, en la colonia Actipan, ubicada en la delegación Benito Juárez.

Vecinos de la zona, que han realizado movilizaciones de protesta, entregaron un escrito dirigido al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, con el respaldo de más de 500 firmas, para exigir que se detenga este proyecto, el cual prevé la construcción de cuatro sótanos para estacionamientos con capacidad para 2 mil 500 cajones y dos torres de ocho pisos.

Sergio Rico, quien ha encabezado la lucha vecinal, detalló que además de locales comerciales y de comida rápida, se pretende instalar nueve salas de cine, cuando en un kilómetro a la redonda se han contabilizado 50 espacios de este tipo.

Indicó que la inmobiliaria Floreal SA de CV, encargada del proyecto, logró que la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) del Distrito Federal le otorgara el permiso para el derribo de 72 árboles, algunos protegidos por la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Urbanístico Arquitectónico para el Distrito Federal, a cambio de 447 mil pesos.

La ampliación de la plaza comercial se pretende realizar a mediante un polígono de actuación privado, que potencia la utilidad del predio de 5 mil 500 metros cuadrados de superficie, lo que le permite cambiar el uso de suelo habitacional a comercial, refirió.

La plaza Galerías Insurgentes y Liverpool –abundó– tienen ya dos manzanas, que en conjunto suman 12 pisos de estacionamiento, mientras que la colonia Actipan y la zona aledaña no cuentan con ningún área verde.

Explicó que han sostenido pláticas con los responsables del proyecto, que como alternativa ofrecieron la realización de techos verdes en la plaza comercial, lo que nos parece una verdadera burla.

Además del impacto ambiental, señaló que la constructora afectaría el patrimonio de las familias que viven en el entorno, pues cuenta con los permisos para anclar sus cimientos a los edificios adjuntos, y terminaría por colapsar el tránsito vial en la zona.

Los vecinos presentaron una denuncia ante la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT), cuyo personal realizó un recorrido y un inventario del arbolado existente, pero temen que su intervención sólo termine en una recomendación que no sea atendida por las autoridades.

En la misiva enviada al mandatario capitalino, los colonos piden que este espacio sea expropiado para que se mantenga como área verde.