Dura crítica del Papa a sacerdotes y obispos que lo difamaron
Romero fue martirizado por sus propios hermanos: Francisco
Sábado 31 de octubre de 2015, p. 39
Ciudad del Vaticano.
El papa Francisco criticó fuertemente a sacerdotes y obispos católicos que difamaron
al arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, incluso tras su asesinato, en una campaña que demoró su beatificación este año.
Francisco habló informalmente en Roma el viernes con peregrinos salvadoreños, quienes le agradecieron por beatificar a Romero, considerado un héroe de los pobres y oprimidos del continente.
Francisco les dijo que Romero sufrió martirio no solamente en su asesinato el 24 de marzo de 1980 por un escuadrón ultraderechista, sino también después. Yo era un joven sacerdote entonces y fui testigo de ello. Él fue difamado, calumniado y su nombre fue mancillado. Su martirio continuó incluso por sus hermanos en el sacerdocio y el episcopado
. Aseguró que Romero fue lapidado con la piedra más dura que existe en el mundo: la lengua
.
La causa de la canonización de Romero fue aplazada durante años por el Vaticano, en gran parte debido a la oposición del clero conservador en Latinoamérica, que temía que la asociación del arzobispo con la teología de la liberación envalentonase al movimiento, que sostiene que las enseñanzas de Jesús requieren a sus seguidores luchar por la justicia social y económica.
En El Salvador, Gaspar Romero, hermano del asesinado arzobispo, señaló: Me siento confortado. El Papa sabe más que nadie que monseñor Romero fue difamado porque nunca le tembló la voz para denunciar injusticias y atrocidades
.
Edin Martínez, de la Fundación Monseñor Romero, dijo alegrarse
por la declaración de Francisco, que llega cruda, sin adobo, porque es una verdad apegada a la historia que ahora sacude también a la iglesia salvadoreña. Todos sabíamos de los grandes detractores que tenía nuestro profeta, pero que ahora lo diga el Papa es de gran significado
.
Gaspar Romero dijo que quienes encabezaron en El Salvador las calumnias
contra su hermano, cuya causa de canonización sigue el Vaticano, fueron los obispos Eduardo Álvarez (San Miguel), Pedro Arnoldo Aparicio Quintanilla (San Vicente) y Marco Revelo (Santa Ana), todos ya fallecidos.