Santiago Niltepec, Oax.

Este domingo, en su último día de gira por Oaxaca, Andrés Manuel López Obrador exigió a los grupos conservadores dejar de ser ridículos y deshonestos, y les reprochó sus ataques contra el magisterio y la educación pública.

El líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) criticó en el municipio de Santiago Niltepec, al oriente del Istmo de Tehuantepec, a los conservadores, al presidente Enrique Peña Nieto, a los ex mandatarios Vicente Fox y Carlos Salinas, a los dueños de los medios de comunicación y a los partidos políticos, como el PRI y el PAN, que culpen a los profesores de los problemas que padecen millones de niños.

Sostuvo que nada tiene que ver el magisterio con que las universidades públicas rechacen anualmente a casi 300 mil jóvenes con la mentira de que no aprueban el examen de admisión. Consideró que acabar con la corrupción en México daría mejores condiciones de vida a toda la población.

Estuve leyendo a un articulista de esos conservadores, de esos que piensan que el magisterio, que los actos de los profesores que rechazan la reforma educativa, son los culpables de todo lo malo que vive este país. Al contrario. Son las cúpulas del PRI y del PAN las que han saqueado esta nación y han apostado a privatizar la educación, como si fuera una mercancía, olvidando que la enseñanza no es un privilegio, sino un derecho humano fundamental, subrayó.

El ex candidato presidencial reprochó a los gobiernos emanados del PRI y del PAN entregar concesiones para la explotación de oro, plata y cobre, así como entregarles al menos 100 millones de hectáreas.

Hay propietarios que ni siquiera saben que lo que está debajo de sus tierras ya fue entregado. Las empresas privadas no piden permiso ni consultan, sólo vienen, con prácticas corruptas, a comprar a las autoridades estatales, municipales, comunales y ejidales. Se meten y destruyen. Además, no dejan beneficios, afirmó.

Reprobó que las compañías renten las tierras y se queden como dueñas de los territorios explotando las riquezas del país. México no es una nación de conquista, mucho menos somos basurero de otros países o empresas, aseveró.