Disminuir en 50 por ciento el gravamen a los refrescos es un regalo a las empresas embotelladoras, que dejarán de pagar cerca de 500 millones de pesos en impuestos, con lo que incrementarán sus ganancias, ya que no van a disminuir el precio de las bebidas azucaradas, advirtió Armando Ríos Piter, senador del PRD, después de una reunión con el subsecretario de Hacienda, Miguel Messmacher, y otros funcionarios de esa dependencia.

Fue un encuentro privado de más de dos horas con senadores del PRD, en el que los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público evitaron opinar sobre el efecto en las finanzas públicas de reducir a la mitad ese gravamen, establecido hace dos años, y como un día antes lo hizo el titular de la dependencia, Luis Videgaray, insistieron en que fue decisión de los diputados, no del gobierno, bajar de un peso a 50 centavos el impuesto especial sobre bienes y servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas.

El senador Ríos Piter comentó que van a tratar de convencer al PRI de que debe modificarse ese punto, dentro de la minuta de Ley de Ingresos que se dictamina en el Senado. A nuestro juicio sería mejor subirlo a 1.50 pesos, pero lucharemos para que quede por lo menos en un peso, señaló. Sin embargo, en entrevista aparte, el coordinador senatorial de los priístas, Emilio Gamboa Patrón, comentó que hasta la próxima semana van a fijar postura sobre ese tema, luego de reunirse con las autoridades hacendarias.

De entrada, sin embargo, Gamboa Patrón dijo que lo que le han dicho es que se trata de un incentivo para que las empresas embotelladoras utilicen cada vez menos azúcar en sus productos. Agregó que el líder del sindicato de la industria refresquera está de acuerdo con la medida, ya que ninguna empresa podrá bajar hasta cinco gramos de dulce por litro de bebida para lograr la disminución del gravamen.

Por separado, Ríos Piter comentó que los integrantes de su bancada que participaron en el encuentro quedaron muy preocupados, pues no quedaron claras las razones de los diputados ni el sustento para modificar ese impuesto, que ha permitido reducir el consumo de bebidas con alto contenido de azúcar por agua potable.

Ha habido efectivamente una caída de alrededor de 10 por ciento en el consumo de refrescos, por eso no entendemos la pretensión de quitar 50 por ciento del gravamen, que quita recursos al fisco en momentos en que más se necesitan por la caída del precio del petróleo, que no beneficia a los consumidores, sino directamente a las ganancias de las empresas refresqueras.

Ríos Piter agregó que de acuerdo con proyecciones que ha llevado a cabo su bancada, considerando que las bebidas que hoy están catalogadas de bajas calorías, son aproximadamente uno por ciento del universo total de los refrescos que se consumen en el país, el impuesto que dejarían de pagar es de 500 millones de pesos al año.

Esos recursos serán una transferencia neta a las refresqueras, que no van a bajar el precio de las bebidas. Agregó que desde la reforma hacendaria el PRD propuso que el impuesto fuera de 1.50 pesos, quedó en un peso y así debe mantenerse.

Por su parte, Marcela Torres Peimbert, senadora del PAN, se manifestó también en favor de echar abajo la modificación de los diputados, por la que aquellas bebidas con menos de cinco gramos de azúcar por litro pagarán sólo 50 centavos de IEPS.

Destacó que aunque el gobierno federal no ha cumplido con canalizar ese impuesto a medidas para prevenir la obesidad y la diabetes, debe mantenerse el gravamen.