No existe evidencia científica que justifique la disminución del impuesto al consumo de refrescos. Aceptar esta propuesta, aprobada por los diputados, pone en riesgo la salud de la población, en particular de los niños, porque los cinco gramos por cien mililitros que se plantean como límite para exentar el gravamen están por arriba del consumo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, informó el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

El organismo emitió un posicionamiento en contra de la iniciativa que ahora se discute en el Senado; destacó que durante 2014, primer año de aplicación del impuesto de un peso por litro de bebida azucarada, las compras de estos productos se redujeron 6 por ciento, mientras las de agua y otras bebidas sin impuestos se incrementaron 4 por ciento.

Senadores de PRD y PAN consideraron que la reducción al gravamen, aprobado en la Cámara de Diputados, es una medida retrógrada que afectará principalmente la salud de los niños, pues la propuesta es bajar el impuesto a presentaciones que van dirigidas a ese sector. Afirmaron que el error debe ser rectificado en el Senado.

Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, indicó que bajar el impuesto a bebidas como las que se dirigen directamente a los niños es fomentar el hábito desde muy temprana edad a hidratarse con bebidas intensamente dulces. Detalló que estos envases contienen 300 mililitros, es decir, casi tres cucharadas de azúcar, unos 15 gramos del dulce.

El INSP destacó que las investigaciones científicas han demostrado que el consumo de bebidas azucaradas se asocia con aumento en los riesgos de síndrome metabólico, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, caries dental y otros males. Además es causa de muerte prematura de miles de mexicanos cada año.

La medida fiscal que se aplica a partir de 2014 forma parte de la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, diseñada por el Ejecutivo federal para mejorar la salud de la población.

Lo recomendable sería aumentar el gravamen a dos pesos por litro a las bebidas azucaradas para desalentar aún más el consumo. De los recursos obtenidos por esta vía se debería destinar 5 por ciento a las acciones de prevención.

Los legisladores del PRD y PAN, en conferencia de prensa conjunta con dirigentes de la Alianza por la Salud Alimentaria y de la Coalición Contrapeso, coincidieron con lo anterior.