Debe México fijar precio al carbono
Jueves 22 de octubre de 2015, p. 41
Al sumarse México a la iniciativa internacional de fijar un precio al carbono, debe asumir el compromiso de aprobar la ley de transición energética, congelada en el Senado, así como aplicar el impuesto vigente al carbono a todas los combustibles, incluido al gas natural, ya que éste no es una energía limpia y actualmente está exento de ese gravamen, señalaron especialistas.
Al adherirse México a la iniciativa precio al carbono
, lanzada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) causantes del cambio climático, el presidente Enrique Peña Nieto, en un video el lunes pasado, habló del impuesto al carbono y planteó el uso de las energías renovables.
Ante ello, Adrián Fernández, ex presidente del Instituto Nacional de Ecología, sostuvo que si el Senado no aprueba la ley de transición energética antes de la cumbre de cambio climático de París en diciembre, dejará muy mal parado al presidente Peña Nieto a escala internacional, ya que esa legislación aportará un impulso a las energías renovables. Será difícil que llegue México a París a presumir la reforma energética si no está completa, porque falta el impulso decidido y claro a las energías renovables
, señaló.
Lo que México tendría que hacer para ser congruente con esta iniciativa internacional de precio al carbono
es modificar las reglas y situación actual del impuesto al carbono, que entró en vigor en 2013, ya que no incluye al gas, pese a que sí emite bióxido de carbono. Si no se grava, México será objeto de burla a escala internacional porque ese combustible no es una energía limpia, apuntó.
Por su parte, Isabel Studer, directora del Instituto Global para la Sostenibilidad del Tecnológico de Monterrey, se refirió a que este impuesto debe ser parte de una estrategia más amplia. El gravamen que actualmente se aplica es mínimo, de 3 o 4 dólares, mientras en otros países llega a ser de hasta 40 dólares por tonelada de bióxido de carbono.