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El gesto fue relatado en el sínodo de obispos del Vaticano

Niño mexicano comparte una hostia con sus padres divorciados

Varios clérigos se conmueven, pero no creen que ese aspecto cambie

 
Periódico La Jornada
Martes 20 de octubre de 2015, p. 39

Vaticano.

Un niño mexicano de apenas 11 años, cuyo nombre permanece en el anonimato, conmovió a los obispos que participan en una cumbre para discutir asuntos delicados sobre la familia, como la situación de los divorciados vueltos a casar.

Varios clérigos que asisten al sínodo de los obispos reconocieron hoy que el gesto del pequeño los llenó de preguntas y los hizo reflexionar sobre el drama humano que viven justamente los divorciados en la Iglesia.

La historia del menor fue contada por el obispo de Piedras Negras (Coahuila), Alonso Gerardo Garza Treviño, ante el pleno de los 270 padres sinodales cuando se debatía ese tema, a puerta cerrada.

Garza relató que durante una misa de primera comunión que él presidió, un niño, cuyos padres estaban divorciados vueltos a casar y sabiendo que no podían comulgar por eso, tomó su hostia y la partió en tres trozos: una la consumió él y las otras se las dio a sus padres.

Nos hemos conmovido, nos hace pensar en el drama que toca a todas las familias. Nos ha traído tantas preguntas, sea por estas circunstancias y otras. Nos giran en la cabeza, en el corazón, en la oración; no somos indiferentes a estas cosas, dijo Fouad Twal, patriarca católico de Jerusalén.

De hecho, tras la anécdota del niño varios obispos estallaron en un aplauso en un gesto de consenso, demostrando que existe una división entre una parte de los asistentes al sínodo que está a favor de permitir comulgar a los divorciados y otra parte que se opone.

Este es el argumento más polémico de la reunión, que se inició el pasado 4 de octubre y terminará el domingo 25. El mismo es analizado en estos días por los padres sinodales en los círculos menores, grupos lingüísticos de trabajo que aportarán criterios de cara a un documento final.

Twal, al hablar con los periodistas, reconoció que existe diversidad de opiniones entre los obispos, y sostuvo que el tema de los divorciados es un campo muy delicado, casi minado, en el cual no se puede generalizar.

Se pronunció en favor de que se estudie la situación de cada pareja, involucrando al obispo de cada lugar, porque es él quien conoce mejor cada caso, pero recordó que las personas unidas en segundas nupcias se encuentran en estado de desorden a la luz de la doctrina católica.

Mark Colerdige, arzobispo australiano de Brisbane, reconoció que la historia del niño lo conmovió y que la misma demuestra que los clérigos no deben razonar en criterios abstractos sino en términos concretos, pensando en la gente real.

Aclaró que sólo un padre sinodal habló abiertamente en favor de readmitir a la comunión a los divorciados vueltos a casar y que el apoyo a esta opción es más bien modesto.