|
|||||
Perú La papa: un cultivo ancestral Manuel Hernan Mormontoy Parque de la Papa El Parque de la Papa (PP) es un modelo de conservación sui generis situado en un micro-centro de origen y de diversidad de papas nativas en el sur de los Andes peruanos, gobernado de manera autónoma por sus comunidades integrantes por medio de leyes consuetudinarias, basándose en las tradiciones de conservación fundadas en conocimientos, innovaciones y prácticas locales, y en el manejo holístico y adaptivo de sus paisajes, ecosistemas, recursos biológicos y culturales. Fue establecido en abril de 2002 bajo un acuerdo intercomunal en el que cinco comunidades decidieron de manera voluntaria y autónoma organizarse y juntar sus territorios para conformar la Asociación de Comunidades del Parque de la Papa. El sistema de gobernanza del Parque de la Papa, es eminentemente local y hace referencia a un sistema tradicional de toma de decisiones, que involucra los siguientes aspectos:
Los ejes temáticos del PP son: Territorios bioculturales y pueblos indígenas, Cambio climático, Biodiversidad, Soberanía alimentaria y salud, Economía solidaria, Conservación biocultural, Desarrollo endógeno, Innovaciones bioculturales y Género. Impactos globales: Repatriación de papas nativas. Con el fin de promover el cultivo, uso y aumento de la diversidad de papas nativas existentes en la región Cusco, y el reconocimiento a los derechos sobre sus recursos, la Asociación de Comunidades del Parque de la Papa y el Centro Internacional de la Papa (CIP) suscribieron un convenio para la repatriación de 410 cultivares de papa nativa. Este convenio contribuye a garantizar que los derechos sobre los conocimientos, prácticas y sistemas de innovación tradicional vinculados a este valioso recurso genético permanezcan bajo la custodia de las comunidades andinas y no sean objeto de biopiratería. Este convenio es el primero de su tipo que se firma en el Perú. “Esta visión integral de la conservación de los recursos genéticos es innovadora y sentará las bases para su desarrollo en otros centros de biodiversidad del mundo”, señaló Hubert Zandstra, el entonces director general del CIP. La repatriación no sólo significa al retorno de las papas a sus lugares de origen sino también la regeneración de los conocimientos, práctica cultural y espiritualidad, que desde hace miles de años han estado estrechamente ligados al manejo agrícola de la papa. Depósito de semillas en Bóveda de Svalbard. Frente al manto de amenazas que presentan el cambio climático y ciertas políticas nacionales y globales que inciden sobre este cultivo ancestral y la pequeña agricultura en el país, la Asociación de Comunidades del Parque de la Papa tomó la iniciativa de enviar a la Bóveda Global de Svalbard su colección de más de mil 150 cultivares de papa nativa para ser salvaguardados en este banco genético de prestigio mundial. El proceso fue apoyado por el Global Crop Diversity Trust, el CIP, el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED) y Oxfam-Novib. Esta iniciativa del Parque de la Papa ha sido reconocida por la comunidad internacional como un ejemplo solidario para salvaguardar la seguridad y soberanía alimentarias que favorecen a los pequeños agricultores y pueblos indígenas. Sin duda, este trabajo garantizará la disponibilidad, para todos los agricultores de la región andina, de la amplia variabilidad de papa nativa que posee en beneficio de nuestras generaciones futuras, sobre todo frente al cambio climático. Protocolos bioculturales.La Asociación de Comunidades del Parque de la Papa ha desarrollado una herramienta de afirmación cultural, empoderamiento y gestión de recursos y cultura local. El protocolo biocultural busca explicitar y documentar lo que los pobladores del PP quieren y esperan para poder darle sostenibilidad al Parque. Se convierte en el documento orientador para la gestión de su patrimonio biocultural y entorno, tanto internamente como para el resto del mundo. Marca colectiva. El Parque de la Papa ha desarrollado una marca colectiva propia y durante mucho tiempo ha cuidado y mantenido el nombre “Parque de la Papa” como sinónimo de identidad, transparencia, honestidad, respeto a la cultura. Por ello es que nadie usa el nombre sin el consentimiento y la autorización de la Asociación del Parque de la Papa. Impactos nacionales y regionales: A iniciativa de la Asociación de Comunidades del PP y con alianzas, se logran:
Brasil Agronegocio destructivo, Luis Vicente Facco Confederación Nacional de Trabajadores de la Agricultura (Contag) En Brasil vivimos todo el tiempo la contradicción de una agricultura patronal, empresarial (desarrollada en mucho a partir del modelo insostenible de la revolución verde iniciado en los años 60’s y 70’s), que implica al agronegocio exportador de materias primas para multinacionales, versus la agricultura familiar campesina, donde está 87 ciento la población del campo y que es la responsable de alimentar al país. Lograr el reconocimiento de la agricultura familiar campesina, de su importancia en la sociedad brasileña, tomó muchos años de luchas, hasta que ocurrió durante el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva. Con ese reconocimiento, empezamos a construir e implementar políticas públicas diferenciadas que atienden la demanda específica de esta agricultura, que es la que abastece el 70 por ciento de la producción de alimento que consume el pueblo brasileño, que es el maíz, pero también la papa, el frijol, la lechuga… Gracias a políticas públicas puestas en marcha con Lula para potencializar la agricultura familiar, en los años recientes Brasil logró salir del mapa del hambre y cumplir con las Metas del Milenio de erradicar el hambre y la pobreza. Esta agricultura viene produciendo cada vez más alimento en el país. Muchos de los productos de la agricultura familiar no son commodities, pero su cultivo es una costumbre que sigue 70 por ciento de las municipalidades. Pueblos pequeños, ciudades pequeñas siguen con su costumbre, su tradición; es un consumo de alimentos que tiene que ver con la cultura y los saberes de las regiones. Pero el agronegocio sigue muy fuerte; personajes claves de las empresas agroindustriales están insertos en el gobierno. Este sector empresarial es muy poderoso y sigue produciendo los commodities para exportar a China, a los países árabes y a Estados Unidos. Exportan café, azúcar, soja (soya), tabaco, cacao, carne de pollo y de res. Muchas de estas commodities también se producen por la agricultura familiar, pero enfocadas a los mercados locales. Cuando hablamos del pollo que se va a los mercados internacionales, corresponde a producto de los pequeños productores integrados pero que están en un régimen de interdependencia, con esquemas de asociación, con las trasnacionales brasileñas exportadoras, y por eso ya no son productores, sino servidores de mano de obra en la producción de los pollos. Cuando vemos la producción de ganado, 30 por ciento de la carne que se exporta viene de la agricultura familiar campesina. En cuanto a café, más de 50 por ciento de la producción proviene de las pequeñas fincas. Asimismo, 30 por cieno de la soja que se exporta proviene de la agricultura familiar. Entonces, esta agricultura, de cierta manera produce y también tiene un excedente que se exporta, pero en esencia la agricultura familiar produce alimento para la seguridad y soberanía alimentaria. Tenemos claro que no vamos a acabar con los grandes productores, con las grandes empresas que producen en el campo brasileño, pero queremos que respeten a los campesinos, a los productores familiares y que dejen de generar violencia, que dejen de explotar y desplazar a nuestra gente. Y creemos que el gobierno brasileño sigue fuerte con el propósito de impulsar y fortalecer la agricultura familiar poniendo plata, fortaleciendo las políticas públicas, ajustando, concertando, para que nuestros productores puedan seguir en el campo. Sobre todo queremos que se avance con la reforma agraria, porque tenemos cerca de 200 mil familias que carecen de tierra y que están cerca de las carreteras esperando a que el gobierno logre desapropiar tierras para asentar a estas familias, que esta familia pueda seguir trabajando, produciendo y prosperando en el campo. Tenemos muchos desafíos pero es verdad que mirando al pasado ya avanzamos mucho. Y tenemos aún mucho que hacer. ¿Cómo presiona el agronegocio a los campesinos? El agronegocio se interesa por las tierras campesinas. Éstos no quieren vender, pero los presionan, los amenazan, los van cercando hasta que logran expulsarlos. La gente se va. Hay tierras que son áreas públicas, del Estado, donde han estado los campesinos desde hace 50, 70, 80 años; la tierra está dada en comodato para que estas familias sigan produciendo. Los inversionistas del gran agronegocio llegan con ejércitos de gente armada, matones y van amenazando, tocando en las casas de los campesinos, asesinando. Este año suman más de ocho líderes asesinados por los terratenientes, por los grandes productores. Eso ocurre por ejemplo en la región centro-oeste de Brasil, en Mato Grosso, zona de los indígenas kayapós, que sufren amenazas constantes. Los terratenientes entran con ganado y soya y los van despojando de sus tierras. Al norte, la región de Amazonía, de Pará, Amapá, Rondonia… es como tierra sin ley donde mandan los grandes terratenientes que andan en busca de recursos forestales, pues cerca de 40 por ciento del área de Pará son tierras públicas, pero casi diez por ciento están en manos de productores pequeños, que están allí desde hace 50 o 60 años y que producen y viven de manera sostenible, sacando la floresta, la castaña, la raíz para hacer medicinas, aceites esenciales, etcétera, y en cierto periodo viven de la pesca artesanal. Los inversionistas se están adentrando en esas tierras. Primero vienen los madereros con el ejército, sacan a la gente, cortan y sacan la madera; luego vienen los terratenientes, sembrando pasto y poniendo ganado. Es un problema muy serio y que el gobierno todavía no ha logrado frenar. Además de que los gobiernos locales que están en el norte son todos de derecha y se alían con los terratenientes. En la época del segundo mandato de Lula, mucho extranjero llegó comprando tierras, unos diciendo que era para frenar el corte de árboles en la Amazonía. Son estadounidenses, europeos… hay una extranjerización de tierras muy grande en el noroeste y norte de Brasil, y lo mismo pasa en Argentina y sobre todo en Uruguay. Muchos usan prestanombres. Al final del gobierno de Lula logramos una modificación legal que redujo mucho esas compras de tierras por extranjeros, pero los que compraron siguen allí. Esto se atemperó también porque bajó el boom de la producción mundial de biodiesel y agrocombustibles. Es evidente que hay una disputa de clases en el país –y que se refleja con las manifestaciones públicas a favor y en contra de la presidenta Dilma Rousseff-; los campesinos están en el lado de apoyo a la presidenta y el agronegocio está entre aquellos que la rechazan. Para los campesinos es clave la prevalencia del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen Da Silva y Rousseff. *Este texto se redactó con base en una entrevista realizada a Luis Vicente Facco en el marco del Encuentro Internacional Economía Campesina y Agroecología en América, 31 de agosto al 2 de septiembre, 2015.
|