Tres preguntas son los ejes: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos? y ¿adónde vamos?
La renovación duró seis años y medio
Se invirtieron 100 millones de dólares
Miércoles 14 de octubre de 2015, p. 5
París.
El Museo del Hombre reabre este sábado en París, transformado tras seis años y medio de renovaciones, que incluyeron una fascinante sala de antepasados
con el cráneo del hombre de Cromañón, Venus prehistóricas y una colección de bustos sobre la diversidad humana.
La creación del nuevo Museo de Antropología del Quai Branly lo había dejado obsoleto, vetusto, en búsqueda de una nueva identidad. Reabre ahora enteramente renovado, luminoso, con amplios volúmenes, vista a la Torre Eiffel y una escenografía moderna, casi despojada.
Situado en la Plaza del Trocadero, el nuevo Museo del Hombre será inaugurado el jueves por el presidente François Hollande y el público podrá descubrirlo gratuitamente durante tres días, del sábado al lunes.
El museo apela a su fondo de colecciones de prehistoria y antropología, a los que se suman objetos de etnología recientemente adquiridos o procedentes de donaciones.
Estoy encantada. Es muy emocionante ver a este museo reabrir sus puertas
, dijo Evelyne Heyer, encargada de la Galería del Hombre, el recorrido permanente del museo, desplegado sobre 2 mil 500 metros cuadrados. A principios de los años 2000 hice huelga para que siga existiendo y en aquella época muy pocos creían en él
, agrega esta antropogenetista.
El Estado francés invirtió más de 100 millones de dólares para permitir a este museo –creado en 1938– ingresar de lleno en el siglo XXI.
El proyecto científico fue totalmente repensado. La galería permanente se articula en torno a tres interrogantes: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? y ¿hacia dónde vamos?
En el refugio de los antepasados
, sumido en la penumbra, el visitante queda confrontado a sus orígenes, ante el cráneo de Cromañón, apodado el viejo
en la jerga del museo. Este homo sapiens tiene unos 28 mil años y fue hallado en 1868 en Francia.
A su lado, el cráneo de la Dama de Cavillon
, teñido de ocre y cubierto de caracolas. También están los primos: los neandertales, representados por el Hombre de Ferrassie. Más lejos descubrimos la caja de herramientas de la prehistoria: hay para cortar, pinchar, hendir, rascar...
La sala de tesoros
, también mantenida en la penumbra, alberga la Venus de Lespugue, una estatuilla de formas generosas, tallada en marfil de mamut hace unos 23 mil años.
El museo insiste en la diversidad humana. En el corazón de la Galería del Hombre, una estructura de 11 metros de altura sobre 19 de largo presenta una colección de 90 bustos en bronce y yeso realizados por científicos del siglo XIX con base en moldes realizados en poblaciones autóctonas de América, África o Asia.
A lo largo del recorrido, los científicos del museo remplazaron al hombre en su entorno. El hombre comenzó a tener impacto sobre el planeta a partir del Neolítico, cuando comienza a domesticar la naturaleza
, destaca Evelyne Heyer. Se produce una explosión demográfica y aparecen las enfermedades
.
El recorrido concluye con una interrogante sobre el destino del hombre: explotación excesiva de los recursos, biodiversidad amenazada, un hombre aumentado
gracias a las tecnologías... ¿Hacia dónde nos dirigimos? Según Bruno David, presidente del Museo Nacional de Historia Natural, la visita permite comprender que somos tan sólo una especie entre otras. Que somos fruto de una larga historia complicada. Y que tal vez estemos estropeando el final de esa historia
, agrega. Tenemos que aprender a volver a ser modestos. Nuestra tecnología no será suficiente para salvarnos
.