La anotación de Paul Aguilar llegó al minuto 118, en el segundo tiempo extra
Domingo 11 de octubre de 2015, p. a31
Pasadena, California.
Para destrozar los nervios. El tricolor venció a Estados Unidos casi al final del segundo tiempo extra por 3 a 2, en un duelo que le da el boleto para la Copa Confederaciones de Rusia 2017 y que tuvo momentos de gran dramatismo y angustia por lo cerrado de la disputa.
Los goles del triunfo fueron obra de Javier Hernández, al minuto nueve; de Oribe Peralta, al 96, y de Paul Aguilar, al 118. Geoff Cameron, al 14, y Boby Wood, al 108, marcaron por Estados Unidos.
México dominó gran parte del partido, pero la estrategia estadunidense, de cerrar espacios e impedir el juego, complicó el desarrollo tricolor. También contribuyeron las fallas frecuentes de Javier Hernández, Oribe Peralta y Raúl Jiménez.
Encuentro ríspido
El duelo fue tenso y muy ríspido. Los tricolores exhibieron un mejor dominio del balón y realizaron jugadas muy elaboradas pero que muchas veces carecían de precisión final. La formación de tres delanteros que usó México tomó por sorpresa al cuadro bajo estadunidense, que en los primeros 10 minutos sufrió para alejar el peligro; muestra es que no se le marcó un claro penal en contra y vio cómo su rival se ponía a la cabeza en el marcador.
México se adelantó en una jugada de muchos toques, donde Paul Aguilar, en una noche que lució inspirado, tocó para Raúl Jiménez, quien cedió con el taco para Oribe Peralta y éste centró para que Chicharito terminara la obra con el primero de la cuenta mexicana.
Los del Tuca Ferretti empezaron a mostrarse más desenvueltos y seguros, pero la respuesta llegó bien pronto, cuando Cameron empató el encuentro en una desatención de los mexicanos. Ese golpe confundió a los tricolores, que parecían destanteados después de recibir el empate, justo cuando jugaban mejor. Después de eso perdieron seguridad y precisión. En el ánimo de volver a imponerse perdían las pelotas al llegar al área o se precipitaban para rematar y las oportunidades se desperdiciaban.
Chicharito empezó a fallar. Tuvo algunas muy a modo, como una que le envió Andrés Guardado, pero que el delantero mandó por encima del arco.
Estados Unidos defendió entonces con todo lo que tenía, y uno que otro destello individual para el contragolpe, pero su apuesta era impedir el juego del rival.
La tensión creció conforme avanzaban los minutos. Apenas media hora del partido, Chicharito colocó una pelota a Oribe, quien se barrió para fundirla, pero el arquero Brad Guzan salió al choque. El encontronazo derivó en algunos manotazos entre jugadores de ambos equipos que reclamaban la acción.
México no aprovechó el dominio y el juego se fue a tiempos extra, en los cuales recuperó la ventaja en una gran triangulación que Peralta dentro del área remató para batir a Guzan.
Todo parecía escrito en favor de los verdes
, pero una desatención permitió al rival, que parecía liquidado, lograr el empate por medio de Boby Wood, quien recién había ingresado.
Pese a este duro golpe, la moral no decayó entre los mexicanos, quienes a dos del final marcaron el tercero y definitivo gol, que fue la rúbrica de un día magnífico para Aguilar, quien prendió una pelota de aire para dar el triunfo al Tricolor, y con ello un sufrido boleto para la Confederaciones.