Felipe Flores Velázquez conoció de primera mano lo ocurrido con los normalistas
Era enlace entre Abarca, María de los Ángeles Pineda y mandos de Guerreros unidos
Jueves 8 de octubre de 2015, p. 5
Felipe Flores Velázquez, ex secretario de seguridad pública del municipio de Iguala, pieza fundamental en lo ocurrido con los normalistas de Ayotzinapa en septiembre del año pasado, podría estar muerto, revelaron funcionarios de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) que participan en las investigaciones del caso.
A diferencia de los otros implicados en la desaparición de los 43 estudiantes, desde el 28 de septiembre de 2014 nadie ha aportado información de su paradero; en círculos policiacos, tanto de la Procuraduría General de la República (PGR) como de la Policía Federal, se ha llegado considerar que fue asesinado por integrantes de Guerreros Unidos.
La presunción de su muerte se sustenta en que, además de ser primo del ex alcalde José Luis Abarca Velázquez, era enlace principal entre éste, su esposa María de los Ángeles Pineda Villa y mandos de Guerreros unidos, y conoció de primera mano lo que sucedió la noche del 26 de septiembre y las órdenes que dio Abarca.
Informé lo que ocurría
, declaró a la procuraduría de Guerrero
Flores Velázquez, por quien la PGR ofrece una recompensa hasta de 2 millones y medio de pesos a cambio de información que lleve a su captura o la ubicación de su guarida, declaró ante la Procuraduría General de Justicia de Guerrero el día 27 de septiembre, fecha en la que prácticamente todos los elementos de la corporación municipal bajo su mando ya habían sido detenidos por su participación en las agresiones y desaparición de los 43 normalistas.
En sus declaraciones ante el Ministerio Público local, inicialmente afirmó no haberse dado cuenta de nada sobre hechos de violencia, y que incluso, en lo que habría sido la primera agresión contra los normalistas en inmediaciones del palacio municipal, se asomó porque creyó escuchar disparos de arma de fuego y oyó un griterío, pero tras comprobar que no pasaba nada regresó a su oficina.
Sin embargo, modificó su dicho y señaló que tuvo reportes del C-4 de que en el centro de Iguala se estaban registrando algunos hechos de violencia, los cuales le eran reportados por su subdirector operativo Francisco Salgado Valladares y el encargado de radio de la corporación.
La declaración de Flores Velázquez ha servido a la PGR para acreditar que José Luis Abarca mintió cuando en entrevistas con medios de comunicación afirmó no haber estado enterado de nada de lo sucedido en su municipio la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014.
El ex alcalde afirmó haber estado en el informe de su esposa, luego haber bailado un rato y, tras ir a cenar con su familia, haber dormido sin que nadie le reportara nada.
Pero el ex jefe policiaco que se encuentra prófugo declaró a la procuraduría de Guerrero: “el día en que se registran los hechos violentos me llamó el presidente municipal y me dice que corrobore si no hay personas privadas de la vida, porque corren versiones en redes sociales de que hubo personas privadas de la vida en la explanada… Le reiteré que no hay tal situación porque yo personalmente estuve ahí; me dijo que estuviera atento.
“Después ocurren los hechos; el operador me dijo que hubo balazos en diferentes puntos de Iguala y le informé al presidente municipal.
“A las 0:40 recibí llamada del presidente municipal diciéndome que tiene conocimiento de que en la carretera federal, a la altura de Santa Teresa, se encuentra accidentado un autobús de pasajeros, que verifique.
“Me dijo el presidente municipal que tiene conocimiento de que al parecer es un equipo deportivo que había venido a Iguala.
A las 0:54 me llamaron del Ministerio Público para que fuera a la fiscalía regional
, sitio en el cual rindió su declaración Flores Velázquez.
En la averiguación previa de la PGR, las declaraciones de diversos inculpados de la desaparición de los normalistas lo ubican como el enlace entre los policías de Iguala, el ex alcalde y grupos delictivos, entre quienes lo señalan está Sidronio Casarrubias, quien fuera considerado el líder del cártel de Guerreros unidos.