Osorio y Boy: la lotería sin comprar boleto
n el futbol moderno, los técnicos han adquirido gran importancia. Algunos dicen que demasiada, tomando en cuenta que los actores principales son los que tocan la pelota. A nivel mundial destacan los casos de José Mourinho y Pep Guardiola y, en el medio local, Tomás Boy y Juan Carlos Osorio.
Mourinho, de pésima temporada en la Liga Premier, admitió que podría ser cesado del Chelsea, pero, fiel a su egolatría, advirtió que correrían al mejor técnico en la historia
del club inglés. En cambio, Guardiola se ha caracterizado por la mesura, aunque sus fans han afirmado que es el inventor de Leo Messi y de la maquinaria barcelonista.
Lejos de los reflectores mundiales que iluminan al portugués y al catalán, Osorio y Boy acapararon las páginas nacionales y se instalaron en banquillos sin tener los méritos suficientes.
Se niega a hacerlo oficial, tal vez por el cargo de conciencia de haber dejado colgado al Sao Paulo, pero Osorio ya calza los zapatos tricolores. El colombiano llega al timón del Tri como tercera opción, luego del rechazo de Marcelo Bielsa, quien acaparaba la simpatía general, y de que Ricardo Ferretti se muestra acertado al rechazar un futuro incierto en la selección por la seguridad plena que le da Tigres, donde se desempeña como amo y señor de aficionados y directivos.
Sin embargo, y como tercera opción, Osorio no genera entusiasmo. Su paso por el futbol mexicano fue fugaz y mediocre: siete derrotas en 11 partidos con el Puebla. Pero más allá de estos malos resultados, su nombre sonaba cuando algún técnico empezaba a tambalearse. Que trabaja a conciencia y es un buen estratega, dicen en su favor, aunque ya se sabe que son los promotores los que manejan los hilos del balompié.
Osorio ha dirigido a tres clubes en su país –aunque sus éxitos fueron en el Atlético Nacional–, dos en la MLS y el ya mencionado Sao Paulo; poco, poquísimo cartel para ofrecer al Tri. En la semana se informó también de la llegada del dos veces mundialista Luis Fernando Suárez a Dorados. Y como bien lo apuntó el Sacapuntas: tiene mejor técnico el equipo benjamín que lucha por no descender que la misma selección nacional.
Por otra parte, es tal la desesperación del Cruz Azul que firmó a un técnico que se caracteriza por su mal genio y no por sus logros. Los Cementeros suman un título en los últimos 30 años y Tomás Boy no ha conseguido ninguno en sus 26 años de carrera. Hechos el uno para el otro, aunque los fanáticos celestes recibieron de buen agrado al Jefe, mientras a Sergio Bueno lo empezaron a correr apenas se supo su nombramiento.
Boy fue un genio con el balón, de esos 10 que el futbol actual está exterminando a base de estrategias de laboratorio, pero como técnico se ha distinguido más por pelearse con los rivales –en una larga lista encabezada por sus ahora pupilos Jesús Corona, Fausto Pinto y Chaco Giménez, pero en la que también aparece el Ojitos Meza– que por obtener títulos.
Al igual que Osorio, Boy se ganó la lotería sin haber comprado boleto, como diría Nacho Ambriz, quien mucho deberá trabajar para controlar a sus indisciplinadas Águilas. Mientras, Rubén Omar Romano y Gustavo Matosas parecen vivir sus últimas horas al frente de Xolos y Atlas, respectivamente.
Esta semana todo estará enfocado al duelo frente a Estados Unidos por el pase a la Copa Confederaciones de Rusia 2017. Ya se esperaba, pero Tuca no convocó a Guillermo Ochoa, a quien ya le salen telarañas en la banca del Málaga, pero levantó el castigo a los hermanos Dos Santos y para su buena fortuna recuperó a Andrés Guardado.
El Principito ha sido el motor del Tri en los recientes partidos y sin duda su recuperación genera optimismo para enfrentar al coco del Tri, aunque el que será fundamental se llama Jesús Corona, no el portero que vive vacas flacas, sino Tecatito, el habilidoso delantero del Oporto que ayer volvió a anotar.